El kirchnerista Eduardo Accastello no aceptó definir en una interna contra Juan Schiaretti la candidatura a gobernador del peronismo en la provincia de Córdoba.
Así, Schiaretti quedó consagrado como el candidato de la coalición Unión por Córdoba -que integran el peronismo y un sinfín de pequeños partidos políticos-, con el ex intendente de San Francisco, Martín Llaryora, como compañero de fórmula.
El intendente de Villa María, Accastello, será, a su vez, el nombre que encabece el binomio de la alianza Córdoba Podemos, un encuentro bastante extraño al que apoyan desde el bonaerense Daniel Scioli hasta los hermanos antikirchneristas Rodríguez Saá.
Los Rodríguez Saá tiene un fuerte caudal de votos en el sudoeste provincial, por la cercanía con la provincia de San Luis, y De la Sota podría cercenar esa pata a Accastello si progresa en sus conversaciones con los caudillos puntanos.
Adolfo Rodríguez Saá acaba de asegurar que negocia un acuerdo con De la Sota para compartir las PASO. Parte de ese acuerdo podría incluir, con mucha naturalidad, la quita del apoyo a Accastello.
Así, mejorarían las chances de Juan Schiaretti frente a una eventual alianza opositora.
Una vez más el peronismo cordobés llegará dividido a la elección provincial.
El fenómeno afecta sus chances, pero nunca ha sido lo suficientemente fuerte como para provocarle la pérdida del invicto que trae desde diciembre de 1998 en las elecciones para gobernador.
Sin embargo, en el jabonoso mundo de las encuestas aseguran que Accastello tiene una intención de voto en torno al 10 por ciento.
En el propio campamento delasotista se alarman de que haya llegado hasta el 14 por ciento, y por eso hubo negociaciones de última hora para animarlo a compartir la fórmula con Schiaretti. Claro que desde el segundo lugar, lo que el villamariense no aceptó.
La división del peronismo, con Accastello “por afuera”, era una de las dos condiciones que los opositores al delasotismo consideraban imprescindible para tener chances de ganar las elecciones.
Eso es lo que acaba de ocurrir. Pero la segunda condición es la más empinada: que se llegue a un acuerdo entre la UCR (y puntualmente del mestrismo), el PRO y el Frente Cívico (juecismo).
En sentido contrario, al peronismo le conviene que la oposición también se divida.
Por ello, y por la buena relación que han tenido siempre José Manuel de la Sota y Ramón Mestre es que muchos, en el peronismo y más dramáticamente en el radicalismo, sostienen que hay un acuerdo para que la alianza opositora nunca se concrete.
En esta hipótesis, así se fundamenta el rechazo de Mestre a compartir espacio con Luis Juez, aunque no debe ignorarse que el jefe del Frente Cívico también demuestra rechazar la idea de aliarse con el radical.
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- 303/04/1501:55Machilerea Accastello no existe mide poco, ganara la UCR con apoyo del PRO y el proximo presidente Macri
- 202/04/1518:55la epoca de los saa paso, por suerte, solo la locura de estos perversos sigue en san luis, solo los vagos los votan.
- 102/04/1516:07Esto es una gran señal de que los cordobeces tienen muy en cuenta al proyecto de accastello como el superador al delasotismo, no saben que inventar para frenarlo, cre oque lejos de debilitarlo esto lo fortalece aun mas, no pueden tapar el sol con un dedo