Sergio Urribarri y Francisco de Narváez fueron protagonistas de un negocio con los chinos que pasaría inadvertido si uno no un supuesto presidenciable del kirchnerismo y el otro candidato de Sergio Massa, principal crítico de los acuerdos del Gobierno con China.

El gobernador de Entre Ríos estuvo ayer con el candidato a gobernador del Frente Renovador en la firma de la transferencia de las acciones de la empresa Citrícola Ayuí SA, propiedad del Colorado a la empresa En Premier SA y un grupo de capitales chinos.

Urribarri anunció que este acuerdo permitirá reactivar la producción de la planta propiedad de la familia de De Narváez y mantener 1400 fuentes laborales.

El entrerriano le hizo el lobby a De Narváez con los chinos cuando viajó con Cristina Kirchner al país oriental en enero.

“Cuenten siempre conmigo, soy parte de un modelo que fundaron Néstor y Cristina que defiende nuestra producción; con la asistencia del mercado nacional y provincial vamos a sostener y solucionar la coyuntura difícil de las economías regionales. Este acuerdo se hace en un momento en que las relaciones de Argentina con China están en una etapa de crecimiento y esto fortalece la relación”, señaló Urribarri.

El Frente Renovador había sido uno de los partidos opositores más críticos de los acuerdos del Gobierno nacional con China. De hecho, los diputados massistas acudieron hace menos de un mes a una audiencia organizada por el senador Fernando “Pino” Solanas para destrozar el acuerdo.

En esa audiencia Horacio De Mendiguren, diputado del Frente Renovador y dirigente de la Unión Industrial Argentina (UIA), comparó el convenio comercial con China con el proceso de privatizaciones de los 90, para graficar los posibles daños al sector fabril.

Sin embargo, De Narváez no sólo sonrió al lado de Urribarri mientras adulaba a Cristina y su acuerdo con China, sino que elogió al gobernador kirchnerista de una manera inesperada.

“Voy a tomar como ejemplo muchísimas cosas que ha hecho el gobernador y que Entre Ríos demuestra”, aseguró De Narváez tras la venta a los chinos.