La primera actividad empresaria de la Vendimia es el desayuno de la Coviar (Corporación Vitivinícola Argentina), un ente mixo que se encarga de promocionar al sector y nuclear los problemas y buscar soluciones.

Desde hacía año que el discurso de apertura de vendimia no era tan encendido en contra de las autoridades provinciales y nacionales. Es que la situación de la vitivinicultura, según la titular de la Coviar, Hilda Wilhelm, “es crítica”, y todo se debe a “la inflación y al atraso cambiario”.

Al mismo tiempo, la especialista repasó datos de los últimos años, y acusó a las políticos “equivocadas” que Argentina haya dejado de exportar vino en los número históricos a los que se llegó en el 2010, lo que fue luego relativizado por Paco Pérez, quien reconoció que la venta al exterior de vino a granel cayó, pero no así el del vino fraccionado.

Por otra parte, la presidenta de la Coviar pidió por los pequeños productores y bodegueros, y reconoció que a concentración en pocas manos de gran porcentaje de la actividad (grande bodegas y cooperativas), termina perjudicando al pequeó y también al consumidor.

Quien luego tomó la palara fue el ministro de Agroindustria de la Nación, Carlos Casamisquela, quien rescató las reuniones “incluso en Olivos” mantenidas por el tema y repasó la caída del consumo en los países centrales, “lo que nos ha afectado, sin ninguna duda”.

En ese setido, repasó ayudas estatales que se le dieron al sector en los últimos tiempos. Justamente en esa línea siguió Paco Pérez, advirtiendo que “en 3 años y medio de gestión, el Estado provincial le ha destinado al sector nada menos que 750 millones de pesos”. Además destacó la ayuda financiera para productores y bodegas. Por último, advirtió que la concentración provoca “injusticias” en la cadena de valor.

Dio el ejemplo de que el vino se le compra al productor a un peso el litro, y en los supermercados llegan a los 14 pesos. “Esto debemos combatirlo con la Secretaría de Comercio Interior”, dijo.

Con todo, los cruces no pasaron a mayores, y sólo un grupo de combativos productores portó carteles con la leyenda “productor fundido”. Casamisquela al verlos desde el palco, los invitó a “dialogar”.

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