Cristina Kirchner necesita de manera urgente sacar de escena el caso Nisman que está lastrando su imagen positiva. Cuando creían que con el fallo del juez Daniel Rafecas finalmente lo habían logrado, el demoledor informe de los peritos de parte contratados por la ex mujer del fiscal, Sandro Arroyo Salgado, regresó a la tapa de los diarios las crecientes certezas de un crimen político.

Y este es apenas un capítulo de una miniserie que incluye otro gran escándalo: El caso Hotesur que golpea de lleno a la Presidenta y su hijo Máximo.

Por eso, la Presidenta ordenó preparar de manera urgente un contragolpe de efecto conmocionante que ayude a, por lo menos, matizar un poco la agenda pública. Y tratando de unir lo necesario con lo agradable, el Gobierno analizó que lo más oportuno era apuntar a los accionistas Clarín y La Nación.

La procuradora ultrakirchnerista Alejandra Gils Carbó recibió la orden de desplazar al fiscal de la causa Papel Prensa, que desde el 2010 a la fecha acumula pruebas, pero no en el sentido de la denuncia original del Gobierno sino en sentido contrario: Es cada vez más evidente que la acusación de una apropiación violenta de la compañía no se sostiene en el expediente.

Como era previsible, a principio del año el correcto fiscal Eduardo Taiano que venía instruyendo la causa, se enteró por teléfono que iba a ser desplazado de la Fiscalía Federal 5.

Su reemplazante es Leonel Gómez Barbella, un integrante de la agrupación ultrakirchnerista Justicia Legítima, un servidor público que cuando concursó para ser fiscal titular de Comodoro Py terminó en el puesto 11 y se prefirió derivarlo a una fiscalía en la desangelada General Pico, de la que las necesidades presidenciales parecen haberlo rescatado.

Gómez Barbella desembarcó entonces en la causa Papel Prensa y ahora recibió una directiva clara: Llamar a indagatoria a Magnetto y Mitre. Una noticia que obviamente ocuparía la agenda mediática y le permitiría al kirchnerismo recuperar algo de la mística pérdida, entre los casos Hotesur, Ciccone y la muerte del fiscal Nisman.

Como viene pasando, muchas veces para predecir los pasos que dará el Gobierno no es necesario contra con fuentes en posiciones claves. Alcanza con leer la agencia oficial Télam, como hicieron con la recusación del fiscal General Germán Moldes.

En un cable publicado este viernes, Télam redescubrió la causa Papel Prensa y se indignó porque el juez federal Julián Ercolini ya acumula 5 mil folios y 26 cuerpos, sin haber arribado a ninguna decisión impactante.

Sin ponerse colorados, los directivos de Télam piden directamente en el cable que se ordenen las indagatorias. “Sin procesados ni indagados, la causa por irregularidades en la venta de Papel Prensa, durante la dictadura cívico militar, acumula más de cinco mil folios y 26 cuerpos, con el agravante de que cinco de los imputados fallecieron antes de ser llamados a declarar por el juez federal Julián Ercoloni, quien tiene a cargo la investigación desde 2011”, afirma el artículo.

Y por si hiciera falta el cable de Télam explica quienes deberían ser los indagados: “El expediente tiene como imputados a los directivos de los diarios Clarín, Héctor Magnetto y Ernestina Herrera de Noble; Bartolomé Mitre, de La Nación; Marcos Peralta Ramos y a los hermanos Patricio y Hugo Peralta Ramos, de La Razón, ambos fallecidos después de abrirse la causa”.