El mismo día que la jueza Sandra Arroyo Salgado pronunciara su impactante conferencia de prensa en la que reveló que los estudios de los peritos que sumó a la causa confirman que su ex esposo fue asesinado, la Casa Rosada lanzó un furioso operativo mediático y político para ir preparando el terreno de una recusación al fiscal General de la Cámara Federal, Germán Moldes.

Para Cristina es vital apartar a este combativo fiscal -uno de los convocantes a la marcha del 18F-, ya que es él quien deberá evaluar la apelación del fiscal Germán Pollicita al polémico fallo del juez Daniel Rafecas, que desestimó la denuncia por encubrimiento contra Cristina.

Como adelantó LPO, el Gobierno descuenta que Moldes va a respaldar el pedido de Pollicita de reabrir la investigación contra Cristina por intento de encubrir la participación del régimen de Irán en el atentado a la AMIA y por eso necesitan apartarlo de tratamiento de esa denuncia.

Así hoy empezó el Gobierno a desplegar el marco político para su recusación, mediante siete cables consecutivos de la agencia oficial Télam que insistían en que el fiscal no sería parcial por haber sido partícipe y organizador de la marcha del 18 de febrero en homenaje a Nisman. En esos cables la agencia oficial buscó la opinión de dirigentes del oficialismo o cercanos al Gobierno para producir una extravagante sucesión de artículos casi con el título calcado, en el que reclamaban el apartamiento de Moldes.

Moldes deberá evaluar la posible reapertura de la denuncia del fallecido fiscal junto a los camaristas Jorge Ballestero, Eduardo Freiler y Eduardo Farah, quienes el año pasado declararon inconstitucional el acuerdo con Irán, lo que no anticipa una gran sintonía con la Casa Rosada.

"Lo correcto sería que se excusara", sostuvo el senador Juan Manuel Abal Medina a la agencia oficial. “Ha tomado partido y quien ha tomado partido tiene preconceptos que lo llevan a tomar decisiones subjetivas. Podría tratarse de un verdadero escándalo judicial ya que el juez Rafecas agregó dos documentos de Nisman que son absolutamente contradictorios entre sí", insistió por su parte el diputado e integrante del Consejo de la Magistratura, Héctor Recalde.

Al ataque se sumó el viceje del bloque kirchnerista Pablo Kosiner: “Moldes no plantea hoy ni objetividad ni eficiencia, porque tiene una posición tomada al respecto e incluso fue uno de los que convocó y participó junto a dirigentes de la oposición de la marcha del 18F”, mientras que la también diputada kirchnerista Mara Brawer, afirmó: “Preocupa su participación, porque no quiso apelar el sobreseimiento de los encubridores de la AMIA”.

También exigieron apartar a Moldes los fiscales ultrakirchneristas Gabriel De Vedia y Cristina Caamaño y el titular de la Asociación 18J, siempre cercano al Gobierno y a Aníbal Fernández, Sergio Burstein.

“No pueden reclamar justicia quienes tienen que tener una participación en resolver y aplicar la justicia. Los fiscales debemos promover la actuación para defender la legalidad, el interés de la ciudadanía y dar respuesta a los problemas que suscitan. No existen los fiscales naturales, como en el caso de los jueces, pero además Moldes ya intervino con anterioridad en causas vinculadas y fue cuestionado por la querella”, expresó De Vedia.

"Algunos de los querellantes podrían recusarlo (a Moldes), porque fue uno de los organizadores de una marcha en contra del Gobierno", sostuvo Caamaño. "Uno de los fiscales que hizo lo posible por demorar las causa de encubrimiento de la AMIA. Su actitud es vergonzosa”, completó Burstein.

Como se ve, las ideas fuerza del libreto distribuido por la Casa Rosada para recusar a Moldes, debidamente amplificado por la agencia oficial Télam, es sencillo y todos los consultados se ajustaron al mismo con obediencia: Moldes convocó al 18F, por lo tanto tiene una posición manifiestamente contraria al Gobierno y por lo tanto debe apartarse del tratamiento de la denuncia contra la Presidenta y otros destacados miembros del kirchnerismo.

El nuevo enemigo

Moldes es un viejo conocido del peronismo fue secretario de José Luis Manzano durante su paso como ministro del Interior durante el menemismo. Pero pese a este antecedente político entró en conflicto grave con el Gobierno cuando luego de la muerte de Nisman se sumó activo al 18F. En ese momento, la Casa Rosada le envió varios emisarios con todo tipo de propuestas para que abandonara su ímpetu investigativo en causas sensibles contra el poder. La respuesta del fiscal dejó helado a los emisarios.

“Lo único que queremos es sangre”, respondió el fiscal ante las promesas que le hicieron. Es lógico, las ofertas de un gobierno al que le quedan pocos meses en el poder no suelen ser atractivas, salvo para los desesperados.

Es tal la tensión que existe entre Moldes y la Casa Rosada que el mismo día de la marcha, mientras el titular del gremio de judiciales, Julio Piumato, desde el palco frente a la Fiscalía de Nisman, pedía un minuto de silencio, Moldes se desmayó luego de escuchar las amenazas que recibió en ese momento.

Según trascendió de sus colegas, Moldes además padeció un segundo desmayo en sus oficinas del edificio de los tribunales de Comodoro Py, por otro episodio de amedrentamiento que sufrió.

Moldes es por su experiencia política y audacia personal uno de los líderes de la intifada que el fuero federal lanzó contra la Casa Rosada. Por eso desestabilizarlo es clave para la Presidenta.

Cristina ya decidió que se lo recuse y no sería el único: la idea es pedir el apartamiento de todos los fiscales que participaron y organizaron la marcha del 18F por “parcialidad manifiesta”. Se trata de los fiscales que instruyen la mayoría de las causas de corrupción contra el Gobierno.