La presentación de Barack Obama del Presupuesto para el 2016 plantea algunos puntos contrapuestos a la visión que tiene Axel Kicillof del gasto público.

El ministro de Economía, férreo defensor de las ideas keynesianas, cree que “el Estado tiene que entrar en déficit fiscal para generar demanda”, tal como había asegurado hace unos meses en una convención de empresarios.

Pero lo cierto es que durante la segunda presidencia de Cristina, el crecimiento del producto le fue bastante esquivo a la Argentina, que dejó atrás las "tasas chinas", mientras el rojo fiscal se fue agrandando cada vez más, a pesar de que la Anses y el Banco Central le giraron al Tesoro todo lo que necesitaba.

Así, este año cerró con un déficit, que, sin contar esos recursos “extraordinarios” –conocidos como Rentas de Propiedad- orilló los 230 mil millones de pesos, un 87% más alto que el registrado en 2013. Pese al aumento del gasto, la economía se contrajo arriba del 1%, de acuerdo a las consultoras privadas.

A diferencia de Cristina, quien recibió el bastón de mando con una economía en orden-“superávits gemelos”- y altas tasas de crecimiento, Obama tomó el control de la Casa Blanca con la mayor crisis económica desde la década de 1930 y un déficit fiscal récord, que impulsó su predecesor George Bush al entrar en guerra con Afganistán y luego con Irak.

“Desde que asumí , recortamos el déficit alrededor de dos tercios”, celebró el mandatario estadounidense en su discurso.

En el 2009, el rojo fiscal alcanzaba nada menos que el 9,8% del producto norteamericano. La administración de Obama logró achicarlo paulatinamente hasta el 2,8% en el que cerró el 2014, el más bajo de todos los años que lleva en la presidencia de los Estados Unidos.

El comportamiento del empleo también es notable y contrasta con el concepto de generación de puestos laborales en base al gasto que plantea Kicillof.

Es que a partir del 2010, el ciclo de destrucción de puestos de trabajo se revirtió después de varios años, “al ritmo más rápido desde 1980”, según comparó el propio Obama.

La reducción en la tasa de desempleo muestra esta velocidad: en el 2009 había escalado al 10%, y hoy ya quedó por debajo del 6%.

En tanto, el crecimiento económico superó el 2% anual después de la caída sufrida en 2008-2009.

El Presupuesto estadounidense para el 2016 contempla gastos por 478 mil millones de dólares y una porción será financiada por nuevos impuestos que se cobrarán a los sectores de mayores ingresos. Asimismo, plantea un ambicioso plan de infraestructura vial y focalizar los fondos en la clase media.