En la tensa reunión del Consejo Nacional del PJ convocada tras la muerte del fiscal Alberto Nisman, el influyente secretario Legal y Técnico, Carlos Zannini, dejó entrever que Cristina Kirchner no ve con malos ojos perder la elección presidencial, como estrategia para volver al poder en cuatro años. 

“Nos vamos en el medio de la guerra con las potencias mundiales, con la SIDE, en medio de denuncias de operaciones de la CIA y el Mossad, es bueno irse así para volver en cuatro años”, dijo Zannini, palabras más palabras menos, a un gobernador, poco antes del breve y forzado acto en el que el Consejo del PJ respaldó a Cristina con la lectura de un lamentable documento que terminó de enrarecer la relación de la Casa Rosada con el peronismo. 

El gobernador quedó muy impresionado por las palabras de Zannini y así se lo hizo saber a varios de sus pares “Estos están locos. Quieren perder de verdad”, los puso en órbita. 

No se trata de un dato nuevo la apuesta de un sector del cristinismo -como reveló LPO- de tratar de repetir la experiencia de la chilena Michelle Bachelet. Esto es, dejar el poder en manos de un candidato de centro derecha -como sería Mauricio Macri- en una apuesta por conservar el liderazgo del peronismo desde la oposición y poder mantener además el relato progresista para ensayar un regreso al poder.

Pero como se trata de una estrategia políticamente indigerible para el grueso del peronismo que no quiere saber nada con dejar el poder, la Casa Rosada activa y desactiva estos mensajes, atentos a la reacción que generan entre la dirigencia peronista.

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La respuesta de los gobernadores

El shock que produjo a los gobernadores la muy mala reacción del Gobierno ante la muerte de Nisman y la extrema impopularidad de esa postura que registraron las primeras encuestas, abrió un debate sobre que estrategia desarrollar para tratar de achicar los daños. 

En principio, varios gobernadores evalúan que lo mejor sería que cada uno se refugie en su provincia para al menos retener el poder territorial. En que en muchas provincias las elecciones primarias son en abril o mayo -ver recuadro- y el impacto de la tragedia de Nisman no es una hipótesis de mediano plazo, los encuentra en pleno proceso electoral. 

Incluso se evaluó que no sería conveniente repetir una foto como la de la última reunión del PJ si todo lo que tienen para decir es un libreto, que saben impopular, que les acerca Zannini. “Tal vez lo mejor sería que no nos juntemos más hasta octubre”, evaluó un importante dirigente del PJ. 

La discusión plantea incluso que algunos gobernadores empiecen a pronunciarse en favor de la candidatura de Daniel Scioli -el candidato oficialista que más mide-, sin esperar un visto bueno de la Casa Rosada. "Pueden empezar a darse una serie de pronunciamientos provinciales, aunque son muy cagones", confesó a LPO una fuente del peronismo.

A Cristina poco le interesa el calendario electoral de las provincias y ya planea una serie de anuncios de mejoras sociales a su regreso de la gira por China, para reposicionar su gobierno, con la idea de dejar el poder con las banderas en alto.

Es que la reunión en la sede del PJ de calle Matheu empezó con un dato alarmante aportado por el diputado camporista José Ottavis: Una encuesta que le encargó a la consultora Analía de Franco para medir el impacto de la muerte de Nisman, registró una baja de trece puntos en la imagen positiva de la Presidenta.  

Como buen militante del PJ, donde supo abrazar a Eduardo Duhalde, Ottavis no está de acuerdo con perder y apostar en un mal gobierno de Mauricio Macri que legitime los 12 años de kirchnerismo. "Esto de apostar a perder me parece una estrategia muy chota", dijo tiempo atrás, el más díscolo de los camporistas.

Pero Zannini le marcó la pauta a él y al resto de la dirigencia peronista e impuso un duro documento, con críticas directas a la justicia, los medios y los servicios de inteligencia. Lo había escrito la propia Cristina, como quedó claro en su mensaje por cadena nacional de este lunes, que repitió los mismos argumentos. 

Varios gobernadores intentaron negociar el texto y propusiero avanzar con el documento que estaban discutiendo hasta la llegada de Zannini: "Planteamos una defensa de la Presidenta, pero tiene un tono más institucional", esgrimieron ante el secretario Legal y Técnico, que contestó imperturbable: "El documento es este y no se le cambia ni una coma".

Luego vino la confesión de que no está tan mal tirar todo por la borda, si eso permite una salida "heroica" que allane el camino a un regreso al poder en el 2019.