Metódico, prolijo, cumplidor. Así definió el personal trainer Daniel Tangona a su cliente, Alberto Nisman. Aseguró que se conocían desde hacía seis meses, cuando el fiscal había decidido elegirlo para curar su problema lumbar y continuar con su actividad física: “Lo último que hablamos fue que cuando yo volvía de Uruguay lo llamaba para continuar con los ejercicios”.

Se veían una vez por semana, pero no hablaban de otra cosa que no fuera la gimnasia. “No me gusta meterme en la vida privada de mis clientes”, cuenta Tangona. Relata que Nisman cumplía con todo lo que el entrenador le proponía: “Le dije que dejara de correr para que su dolor lumbar se le fuera, en cambio le propuse que salga a andar en bicicleta, y cumplió”.

El además instructor nacional de culturismo y fisicoculturismo, y preparador de muchos famosos, dejó en claro que el plan era continuar con la actividad una vez que Tangona volviera de Uruguay. “Ahora estoy dando clases en Punta del Este, pero la idea era que cuando volviera para Argentina lo llamaba para coordinar y seguir con el entrenamiento. El estaba muy contento, el dolor lumbar se le había ido y se notaba que le gustaba mantenerse en forma. Cuando me enteré lo que pasó no lo podía creer, no sabía de la importancia de mi cliente”, dijo Tangona a Clarín. El entrenador publicó en su cuenta de Facebook una foto de uno de los entrenamientos con el fiscal.

El personal trainer contó también algunos detalles del ingreso a Le Parc, complejo donde vivía el fiscal: “Las prácticas eran particulares, yo entraba al edificio y adentro me esperaba Nisman. En el ingreso me pedían los datos y el documento, pero siempre me autorizaba él desde adentro. Así fue cada vez que entré”.