El juez federal Ariel Lijo ordenó hoy "medidas urgentes para el aseguramiento de la prueba" sobre la que se basó Alberto Nisman para denunciar a la presidenta. 

El magistrado ordenó preservar la prueba que llevó al fiscal Nisman a formalizar su denuncia contra la jefa del Estado y envió en procura de ese objetivo a uno de sus secretarios a la sede de la Unidad Especial AMIA -frente la Plaza de Mayo-.

Las medidas están relacionadas con la preservación de las escuchas telefónicas sobra las que Nisman fundamentó su acusación contra la Jefa del Estado, otros funcionarios y dirigentes políticos cercanos al Gobierno. Se trata de unos 300 cds con información que Nisman había prometido llevar al Congreso.

Lijo se reincorporó hoy a sus funciones, en plena feria judicial, después de que en las dos primeras semanas de enero su juzgado fuera subrogado por la jueza federal María Servini de Cubría, quien rechazó habilitar la actividad durante el receso veraniego en la Justicia para tratar la denuncia de Nisman.

En ese contexto, Lijo "dispuso una diligencia en el día de la fecha en la sede de la Unidad Fiscal de Investigaciones del atentado a la AMIA, para incautar y asegurar todos los discos compactos, donde están grabadas las intervenciones telefónicas, y toda la documentación detallada en la denuncia", explicó el Poder Judicial en su página de internet.

Además, Lijo le pidió a su colega Rodolfo Canicoba Corral -quien la semana pasada descalificó la presentación de Nisman e incluso deslizó que pudo haberse extralimitado en sus funciones- que le enviara "todos los antecedentes y documentación" relacionados con las intervenciones telefónicas que cimentaron la denuncia de Nisman.

Con esta decisión, Lijo se metió de lleno en la causa luego de que el propio Canicoba Corral había dicho que Nisman debió haber enviado a sorteo su acusación para que recayera en uno de los doce jueces federales.

Sin embargo, Nisman entendió que formaba parte de otro de los hechos de encubrimiento en la megacausa AMIA, por la que ya fueron procesados y enviados a juicio oral el ex juez Juan José Galeano y el ex presidente Carlos Menem. 

La preservación de las pruebas del caso que investigaba Nisman es uno de los principales puntos que preocupa a la oposición y al mundo judicial. En ese sentido, el fiscal General Adjunto de la Ciudad, Luis Cevasco, lamentó la muerte de su par, y pidió que se “haga hasta lo imposible” para preservar las pruebas que hoy hubiera presentado en el Congreso sobre el “encubrimiento” a Irán.

“Lo que planteamos en estos casos, es que se debería hacer hasta lo imposible para preservar las pruebas, es necesario que la Justicia funcione con seriedad y profesionalismo, es necesario llegar a la verdad, sea cual sea”, subrayó el fiscal en diálogo con La Once Diez/Radio de la Ciudad en el programa de Juan Miceli.

Cevasco planteó que “si se suicidó quiere decir que fue abandonado por su entorno y si lo mataron es particularmente grave”.

Respecto de lo que ocurrirá de ahora en adelante con la fiscalía de Nisman, según Cevasco,”lo que se debe plantear es que los fiscales deben ser designados de una manera institucional, de manera clara y transparente”. “Podría ser que el nuevo fiscal designe un nuevo equipo, pero no debería ser de esta manera”, comentó.

En tanto, el senador nacional del Frente Amplio Progresista, Luis Juez, se preguntó si “vamos a poder preservar las pruebas”.

El legislador puso en duda que la muerte del fiscal Alberto Nisman, haya sido un “suicidio”. “No pudimos preservar al fiscal, ¿Vamos a preservar las pruebas?”, sentenció al tiempo que aseguró que “es un día para tener miedo”.

En diálogo con La Once Diez, el senador manifestó que “nos quieren hacer creer que se suicidó, que no tuvo coraje de seguir viviendo”. “Es una locura pensar que un tipo con semejante nivel de exposición, conducta ética, con ganas de enfrentar al poder, decida suicidarse”, continuó.

Dijo así que “van a tener que andar un rato largo para convencerme, tengo todo el derecho a pensar que esto no es un suicidio”.

En tal sentido analizó que la situación es de tal gravedad institucional que “amerita a que todos estemos atentos”.