“Si les parece mal indagar a los responsables del atentado en Irán, entonces díganme que creen mejor para destrabar la causa”, fue el latiguillo de Cristina Kirchner para defender el polémico acuerdo con Irán, aprobado hace dos años en el Congreso.

La Presidenta sugería así una supuesta comodidad en el comunidad judía para que todo siga igual: Los funcionarios de Irán refugiados en su país y Cristina pidiendo cada año su entrega en la ONU.

Pero luego de cierta paralización inicial por el desafío de la Presienta, la DAIA y la AMIA comenzaron a proponer como alternativa el juicio en ausencia, o sea, juzgar a los iraníes sin su presencia en los tribunales del país.

La propuesta nunca fue escuchada por Cristina y por ahora quedaría pendiente porque el fiscal Albero Nisman anunció esta noche que ultima los detalles para forzar la extradición de los acusados, a través de un organismo internacional que integre Irán.  

El Congreso debatió el juicio en ausencia el 24 de septiembre en la Comisión de Legislación Penal de Diputados, convocada por su presidenta Patricia Bullrich. Los proyectos proponían  cambiar el Código Procesal Penal para habilitar la modalidad del juicio en ausencia para casos de este tipo.

Los diputados kirchneristas no fueron ni siquiera para escuchar las propuestas que tanto reclamó Cristina en su momento a la comunidad judía.

“La modalidad tiene algunas cosas a trabajar como el derecho a defensa que exige la Constitución. Para garantizarlo habría que ponerle defensa oficial y definir qué hacer si luego del juicio quieren presentarse como parte afectada”, resumió entonces Oscar Aguad, diputado radical y miembro de la Comisión de Legislación Penal.

Toda la oposición acordó avanzar a excepción de Claudio Lozano, de Unidad Popular, quien pese a no ser miembro de la Comisión asistió junto a la Agrupación Por el Esclarecimiento de la Masacre Impune de la AMIA (APEMIA), la única entidad que se opuso a la iniciativa.

No fue la primera vez que Lozano acompañó posiciones del Gobierno aunque esta vez no estuvo solo, porque Pablo Javkin, de la Coalición Cívica, tampoco se sumó al lote opositor.

Ahora, el debate de esta alternativa podría volver con la sola decisión de Bullirch, pero no habrá dictamen si al menos un diputado oficialista no lo apoya. Y por ahora la Presidenta no parece interesada en habilitar esa salida.