Está claro que no ha sido un año fácil para el conjunto del sector agropecuario. En términos económicos, la mejora del tipo de cambio de enero pasado se vio rápidamente absorbida por los altos índices de inflación que vinieron los meses posteriores.

Así, la suba de costos internos, la caída de precios internacionales de los commodities agrícolas y la consecuente pérdida de competitividad trajeron serios inconvenientes para la mayor parte de los productores agropecuarios.

En el ámbito político, en tanto, tampoco ha sido un año del todo sencillo para el campo. La guerra entre el sector y el Gobierno nacional pareciera que va camino a perdurar hasta el último día de mandato de Cristina Kirchner y en 2015 ya se habla de nuevas embestidas oficiales, según pudo saber LPO.

A nivel interno, por su lado, el 2014 mostró el año con menor actividad conjunta de la Mesa de Enlace desde su creación en 2008. Ya en el final de los mandatos de Eduardo Buzzi y Carlos Garetto, las cuatro entidades rurales prácticamente no compartieron ninguna actividad gremial.

Las amenazas de paro de la Mesa de Enlace no pasaron de simples enunciados mediáticos a pesar del reclamo de productores trigueros, lecheros y de decenas de economías regionales asfixiadas por la elevada presión tributaria que sufre el interior del país.

En términos climáticos, el 2014 también será recordado: primero por los incendios forestales que se registraron durante el verano pasado en varias regiones productivas del centro del país que trajeron graves daños a los productores.

Luego por la falta de lluvias que se hizo sentir durante el primer semestre del año en algunas zonas rurales del centro y norte del país. Y por último, y para completar el panorama, las graves inundaciones que se registraron en la provincia de Buenos Aires que produjeron millonarias pérdidas.

Pero esto no esto todo. Esta semana se emitió un alerta por posibles focos de incendios en territorio bonaerense. Por tal motivo, el gobierno de Daniel Scioli difundió recomendaciones y comunicó que se está trabajando para prevenir incendios forestales mediante un Plan de Manejo de Fuego coordinado por el Ministerio de Asuntos Agrarios en conjunto con la Dirección de Defensa Civil.

En otro orden, como si fuera poco, el 2014 será recordado para el campo como el año de los ataques a los silobolsas. En este sentido, en el sector se calcula que a lo largo del año se registraron alrededor de 40 casos de roturas intencionales de silobolsas (no todos fueron denunciados).

El caso más reciente tuvo lugar en la localidad cordobesa de Oliva, en donde un productor que conservaba granos a modo de reserva de valor, sufrió un feroz ataque por parte de un grupo de delincuentes en su propio campo.

Por el hecho, la Sociedad Rural (SRA) salió nuevamente al cruce del Gobierno: “Reclamamos a las autoridades que se comprometan con seriedad a garantizar la seguridad de los productores”, apuntó la entidad este martes por medio de un comunicado.

Como sea, los ataques a silobolsas se han convertido en un tema de índole político ya que muchos en el campo lo vinculan al enfrentamiento que mantiene el sector con el kirchnerismo y a la necesidad que tiene el Gobierno de hacerse de dólares para financiar el gasto.

En resumen: tal como lo fue publicando La Política Online en sus respectivos momentos, el 2014 fue un año por demás complicado para el campo en términos económicos, políticos, climáticos y hasta en lo que respecta a la seguridad de los productores.

Perspectivas

En este contexto, el 2015 será sin dudas un año que puede marcar un antes y un después para el campo en función de las elecciones presidenciales que se vienen (algo muy esperado en el sector ya que desde el principio de la era K se ha mantenido con un claro perfil opositor).

Un dato no menor es que la mayoría de los productores ya están pensando en que la próxima cosecha que obtengan podrá ser comercializada con otro Gobierno en el poder. “No se nos dio en 2007, tampoco en 2011, pero ahora sí llegó el momento”, se ilusionan por lo bajo muchos ruralistas.

Sucede que en el campo todos tienen en claro que, gane quien gane, se disminuirán notablemente los niveles de enfrentamiento, restándoles tensión a los productores y hasta muchos se ilusionan con la tan ansiada baja de retenciones que ya prometieron los principales candidatos.

Es por esto que 2015 será un año bisagra teniendo en cuenta que el perfil tanto de Mauricio Macri, de Sergio Massa y de Daniel Scioli es mucho más amigable con el agro respecto a lo que han sido primero Néstor (que comenzó el conflicto en 2006) y luego Cristina Kirchner (que lo profundizó ni bien asumió).