Las últimas encuestas que llegaron a manos de Martín Insaurralde ratifican que sigue arriba en los números de la Provincia, pero agregan un dato inquietante: Tiene más intención de voto como candidato del Frente para la Victoria que como aspirante del Frente Renovador de Sergio Massa, espacio al que parece dirigirse el lomense.

Dentro del FPV, Insaurralde mide cerca de 23.3% como candidato a Gobernador, mientras que dentro del Frente Renovador el hombre de Lomas sólo alcanza el 8.6% de puntos, según un estudio realizado por la consultora Circuitos, en base a 1500 casos presenciales y telefónicos en toda la provincia de Buenos Aires y finalizada el 16 de diciembre.

Mientras que de acuerdo a una encuesta de Raúl Aragón en La Plata finalizada el 15 de diciembre, el esposo de Jésica Cirio registra el mayor nivel de variación negativa desde agosto a diciembre entre los candidatos a suceder a Daniel Scioli. Sin embargo, sigue liderando las mediciones con el 14.7%.

Las encuestas, bastante disímiles, marcan cierta tendencia del voto de los bonaerenses a este fin de año, y como todo puede variar, pero no deja de ser materia de análisis para el líder de Lomas de Zamora.

Por eso ya empezó a tender nuevos puentes con el sciolismo, una maniobra mucho más sencilla estando nuevamente en el municipio de Lomas que desde la incómoda Cámara de Diputados.

La reciente foto con Nicolás Scioli no es una casualidad, sino un producto de este escenario. Insaurralde se mostró con el hermano menor del Gobernador para firmar la adquisición de maquinaria pesada por medio de un financiamiento de la compañía Provincia Leasing. De esa forma, abrió nuevas especulaciones hacia uno y otro sector.

A nivel nacional los presidenciales están parejos en un virtual triple empate entre Massa, Scioli y Macri, más arriba los dos primeros. Pero el tema relevante para Insaurralde es que el Gobernador de la provincia se elije en la primera vuelta de octubre, por lo que tener más intención de voto con un frente y menos éxito con otro puede definir su llegada a La Plata.

Insaurralde maneja con cuidado los números que van llegando y elegirá más adelante a quien lo potencie en la primera vuelta.

Este nuevo acercamiento al sciolismo no implica que finalmente no vaya a pasarse al Frente Renovador, como muchos creen que terminará haciendo, sino más bien es la ratificación de que su política de coqueteos seguirá activa.

La otra cuestión es su hipotético retorno al FPV, cosa que muchos analistas sostienen que es inviable. Después de haber desairado a Cristina coqueteando con Massa, su lugar adentro de una lista oficialista estaría vedado de plano, aseguran.

Sin embargo, si Cristina decide enfrentar a Scioli y jugar a todo o nada con Florencio Randazzo, el escenario puede cambiar. La Presidenta está muy bien en Provincia, con cerca de un 40% de imagen positiva, y puede verse tentada a replicar la estrategia de Lula da Silva con Dilma Russeff, para transferirle los votos al Ministro de Interior y Transporte.

Si eso ocurre, el kichnerismo duro se jugaría con el elegido de Cristina, y allí Scioli tendría el campo abierto para armar un frente peronista y kirchnerista light. En ese esquema, Insaurralde le suma mucho al gobernador, y todas las ofensas quedarían de lado.

Ese escenario de ruptura encubierta del oficialismo es central, porque el principal motivo por el que Insaurralde se fue del Frente para la Victoria es el rechazo de plano de la Casa Rosada a permitirle que junto a los intendentes que lo apoyen, arme una lista de legisladores bonaerense propia. 

"El gobernador y los intendentes tienen que volver a construir un poder bonaerense que les permita defender la provincia", suele decir Insaurralde en sus reuniones con jefes comunales, en las que pone como ejemplo al Movimiento Popular Neuquino de Sapag, que gracias a sus legisladores nacionales pudo eliminar en una negociación con la Casa Rosada de la ley de hidrocarburos los aspectos más gravosos para su provincia. 

Esta exigencia fue receptada por Massa que como anticipó LPO, ya les confirmó a sus candidatos a gobernador que podrán armar sus propias listas provinciales. Es ese uno de los principales vectores que siguen traccionando el pase de Insaurralde al Frente Renovador. Pero si hubiera interna abierta entre Scioli y la Rosada, sería lógico que el gobernador recupere la autonomía para armar sus listas. Y eso cambiaría todo el escenario actual.