Sergio Massa apeló a su esencia de intendente del Conurbano, acostumbrado a lo áspero, y no dudó en meterse en una villa de Rosario con su mujer Malena Galmarini y su hijo, para reunirse con madres que tratan de enfrentar las consecuencias del narcotráfico que tiene en jaque a esa ciudad. 

Junto al candidato a gobernador del massismo, el ruralista Eduardo Buzzi, el líder del Frente Renovador se metió sin custodia en el barrio La Carne, ubicado en la zona sur de Rosario, donde Blanca, madre de 12 chicos, les abrió las puertas de su casa para contarle la dramática realidad que enfrentan día a día las denominadas “Madres Solidarias”.

Este grupo de madres, que lleva adelante una intensa lucha por la recuperación de sus hijos y lucha contra el narcotráfico, estuvo representada por Norma Castaño, Betina Zubeldía, Natalia Murabito, Verónica Baro Graf y mujeres representantes de Villa Gobernador Gálvez, Santa Fe y Rosario, quienes le contaron a Massa su trabajo diario para rescatar a los chicos de la droga.

"Las mujeres con las que nos encontramos no son Madres del Dolor, son madres de la Esperanza, son madres que perdieron a sus hijos o los están perdiendo todos los días por el flagelo de la droga y que decidieron luchar frente a la ausencia del Estado, porque no hay políticas de contención. En segundo lugar, decidieron denunciar. En pocos días un jefe de policías va a ir a juicio oral por el coraje de una de estas mamás”, recordó Massa.

El tigrense no dudó en cargar las tintas contra las responsabilidades de los gobiernos socialistas que administran la provincia y Rosario. "Son madres que decidieron mostrarle a la política sus fracasos, desnudar la ausencia de políticas públicas, y de mostrar un camino respecto de hacia dónde debe ir la política en este tema tan profundo que vive esta ciudad, marcada por la violencia, la droga y el abandono del Estado", afirmó.

"Acá vemos el fracaso de la política en estos 30 años de democracia. Tenemos que anoticiarnos de la Argentina que duele. Me pregunto si ver todos los días argentinos morir en medio de la inseguridad, es sinónimo de década ganada”, agregó repartiendo también palos al kirchnerismo.

“Yo vine a asumir el compromiso con ellas, con los rosarinos, con los santafesinos, de pelear de frente y sin miedo contra el delito y las adicciones. No puede ser que Rosario viva permanentemente sacudida por la idea de violencia, droga y delito cuando en realidad es una de las ciudades más pujantes de la Argentina”, concluyó.