“El default de Venezuela es un hecho”, sentenció el ex presidente del Banco Central, Aldo Pignanelli, ante la consulta de LPO sobre una eventual cesación de pagos del gobierno de Nicolás Maduro.

Los papeles del país bolivariano marcaron ayer su nivel más bajo en 16 años, ante el descenso imparable del precio del petróleo, que hoy repuntó levemente. El bono Global 2027, referente de la deuda venezolana, retrocedió un 2,7% a cerca de 40,5 centavos por dólar con un rendimiento superior a un 25%. Por su parte, el precio del bono PDVSA 2022, seguido de cerca por su elevado cupón, también cayó un 5,6% para cotizar entre 41,1 y 43,10.

Estos valores reflejan una probabilidad de default del 97%. Y es que el Presupuesto de Maduro fue diseñado con un barril de U$S100, pero ahora el crudo cotiza a menos de U$S60, es decir, un 40% más bajo.

Ahora bien, ¿cuál podría ser el efecto sobre la Argentina en caso de que se concrete este escenario?

Los analistas consultados por este medio consideraron que, si se produce un default venezolano, el impacto sobre el país será marginal, ya que la inserción en los mercados es muy acotada, y el vínculo comercial no tiene el peso suficiente como para perjudicar la economía.

“Nos afectaría marginalmente, porque no tenemos acceso al crédito internacional. Nos cortaría algo que no tenemos”, apuntó el economista Hernán Lacunza. “Vendemos principalmente alimentos, y ellos nos venden energía”, añadió.

En tanto, Pignanelli sostuvo que un default venezolano “le pega a los emergentes”. El asesor económico de Sergio Massa resaltó que “no tenemos acceso al crédito” por lo que “es una repercusión más de las que ya sufrimos”.

“La Argentina ya está complicada y lo del viernes fue una demostración”, ejemplificó, en referencia a la fallida licitación del Bonar 24 que lanzó el gobierno, que captó solamente el 9% de los U$S3000 millones que buscaba.

“Un default no te va a ayudar a solucionar los problemas que ya tenes”, concluyó el ex titular del Central.