Miguel Pichetto se mostró ofuscado en la sesión que debate la ley de telecomunicaciones y ni siquiera quiso cerrar el debate, como acostumbran los jefes de los bloques mayoritarios en todos los parlamentos del mundo.

Así le recordó el propio rionegrino a Julio Cobos cuando lo maltrataba, después de su voto no positivo en la ley de retenciones móviles. Esta tarde no le importó esa tradición y ni se anotó en la lista de oradores. Obligó a Liliana Fellner, la miembro informante, a abrir y cerrar la sesión. 

Su bronca se debe a que Cristina Kirchner volvió a humillarlo para hacerle pagar su rebeldía en la ley de telecomunicaciones.

Como adelantó LPO, tarde o temprano, Pichetto cede o acepta que el bloque no pasa por su control, porque lo comprobó cuando hizo huelga de brazos caídos en la elección del presidente provisional y debió recibir con honores a Gerardo Zamora. 

De un telefonazo, la presidenta impuso a Rodolfo Urtubey como presidente de la Comisión de Acuerdos y le aprobó el pliego de Alejandro Vanoli como presidente del Banco Central, tras meses de estar cajoneado por maniobras de Pichetto.

Y sin razón alguna, Juliana Di Tullio demoró el proyecto para elegir legisladores del Mercosur, que recién se tratará el martes 16 cuando tenía dictamen para ser incluido en la sesión del jueves.

Como en el Senado se requiere una semana para tratar un dictamen, Pichetto quedó obligado a convocar a la sesión en navidad y año nuevo para tener la ley sancionada antes de fin de año.

Cuando parecía que la presidenta había digitado todo para dejar la sanción del proyecto pendiente, el rionegrino recibió la orden de arreglársela para sancionar la ley.

Furioso, llamó a Juliana Di Tullio pero chocó con una inusual resistencia de su par de diputados. “Juliana estaba furiosa por tener que sancionar sin cambios los proyectos que envía el Senado y lo mandó a sesionar en navidad. Pero difícilmente lo haya hecho sin consultar”, explican en el Congreso.

Ante varios pedidos de preferencia, Pichetto admitió en la sesión de hoy que todavía no habló con el Ejecutivo sobre la próxima sesión.

La primera opción que barajó es sesionar el 30 o el 23, pero no será fácil. “Miguel sabe que no hay vuelos y no es un problema de la oposición. Le pueden fallar varios de los suyos”, le dijo a LPO un referente opositor.

Otra alternativa es resolverlo entre el miércoles 17 y el jueves 18 con la ayuda de alguna fuerza de la oposición que aporte los dos tercios. Los ojos están puestos en el Peronismo Federal, que todavía ni leyó el proyecto y ya tiene a Pichetto encima pidiendo ayuda para cumplir con Cristina.