Cristina Kirchner confirmó hoy que no tiene los dos tercios del Consejo de la Magistratura necesarios para destituir al juez Claudio Bonadío, por lo que debió conformarse con reducirle un 30% el sueldo.

El kirchnerismo logró siete votos con el aporte de la jueza Gabriela Vázquez, elegida la semana pasada como presidenta del Consejo y autoproclamada "independiente", los cuatro legisladores kirchneristas; el viceministro de Justicia Julián Álvarez y Jorge Daniel Candis, representante de los académicos. Esos son los votos firmes que tiene el Gobierno.

Sin los dos tercios, Álvarez debió entonces retirar el pedido de juicio político contra Bonadío y conformarse con una nimia sanción de dudoso impacto económico, teniendo en cuenta los niveles de vida que suelen exhibir los jueces federales.

Vázquez confirmó hoy su adscripción a la Casa Rosada y se convierte así en la única incorporación que pudo hacer el kirchnerismo en esta nueva etapa del Consejo, al menos hasta ahora. Estos siete votos si le permitirá al Gobierno al menos armar el temario de las sesiones.

La jueza bahiense se ganó un lugar desde la lista celeste y si bien antes de asumir aclaró que no era kirchnerista, su amistad con Alejandra Gils Carbó no tardó en hacerse notar, pese a sus reiteradas declaraciones de independencia en distintas entrevistas periodísticas, que hoy quedaron reducidas a papel mojado.

No ocurrió lo mismo con los otros dos magistrados: Luis Cabral y Leónidas Moldes directamente desestimaron los argumentos acusatorios contra Bonadío.

Moldes es juez federal de Bariloche y representa a Compromiso Judicial, un sector que proviene de la lista Celeste, que sufrió una sangría hacia Justicia Legítima, la agrupación judicial del Gobierno.

El otro magistrado es Luis Cabral, ex presidente de la Asociación de Magistrados y recordado por negociar el manejo de fondos de la justicia a cambio de las autoridades de las comisiones de selección y enjuiciamiento el año pasado.

El talón de aquiles del Gobierno son los abogados. Por la ciudad está Adriana Donato, cercana al presidente del colegio porteño Jorge Rizzo; y por los abogados del resto del país está Miguel Piedecasas, de la UCR.

Carlos Zannini no ocultó su furia por el triunfo de Piedecasas. “Basta estar en la bolsa de trabajo”, le gritó a Ernesto Sanz. Pocas veces el mítico funcionario mostró tanta rabia por una jugada fallida.

Los radicales hicieron valer los votos del senador Ángel Rozas y el diputado Gustavo Valdés, el correntino que Colombi impuso a último momento.

En el Gobierno confían en que tarde o temprano podrán torcer al gobernador Colombi con promesas de fondos y eso volcará al oficialismo al diputado Valdés. Hoy no pasó nada de eso.