Los apagones de la semana pasada registrados en la zona norte de la Capital Federal y del Conurbano despertaron las sospechas del ministro de Planificación, Julio De Vido. Durante la mañana del miércoles y del jueves, varios barrios amanecieron sin luz, lo que llamó la atención del funcionario, ya que no se trata de un horario pico de consumo de energía.

Fue en ese marco que De Vido presentó una denuncia penal contra Edenor, porque consideró que los argumentos esgrimidos por la empresa eran insuficientes. Es que los cortes justo coincidieron con la jornada previa al contundente paro que realizaron los gremios del Transporte. El apagón fue de muy corta duración, pero dejaron un caos vehicular que fue parte de los temas del día, al dejar inutilizados buena parte de los semáforos.

El funcionario cree que quien estuvo detrás de los cortes fue el nuevo líder de Luz y Fuerza, Guillermo Moser, a quien no termina de digerir, a pesar de que está enrolado en la CGT oficialista y, por el momento, no deslizó ninguna crítica en contra del gobierno.

Moser procede de la poderosa seccional lucifuercista de Mercedes. Hace dos meses, presentó una lista propia en las elecciones del gremio, ganó, y así le arrebató el control del sindicato a Julio Ieraci, quien estaba al frente desde el retorno de la democracia, tras haber sido puesto en ese cargo por el histórico dirigente Oscar Lescano.

Luego de su muerte, Lescano-quien dirigía la regional de Capital Federal-, fue reemplazado por Rafael Mancuso.

La derrota de la dupla Mancuso-Ieraci ante Moser cayó como un balde de agua fría a De Vido, a quien no le gusta cambiar de caballo a mitad de camino. El ministro recibe a Moser sólo por cuestiones formales, pero lo cierto es que lo mira con desconfianza y su hombre sigue siendo Mancuso, quien teme perder ante su rival las elecciones del año que viene en su seccional.

De ahí que no descarte que los apagones del miércoles y jueves en realidad se trate de un sabotaje, como pasó en el 2005, cuando dos torres eléctricas fueron derribadas intencionalmente.

Sin embargo, este es sólo uno de los problemas con los que debe lidiar Mose. A tan sólo dos meses de haber asumido, el titular de Luz y Fuerza acumula críticas tanto dentro como fuera del gremio. 

Ni bien llegó a la conducción, entró a cortar cabezas y desplazó a los antiguos dirigentes que respondían a Ieraci. Fue en ese marco que la delegación de Campana se abrió del ala de Moser, disconformes con sus manejos y su forma de conducción.

Por otro lado, el gremialista había prometido durante la campaña conseguir un bono de 5000 pesos para fin de año, pero las bases no lo ven peleando por esa causa, ni por el impuesto a las Ganancias, otro de los problemas que está agobiando a los trabajadores eléctricos.

Eso sí: en el breve período que lleva al frente del gremio lucifuercista, Moser selló un acuerdo con Daniel Scioli por las cooperativas eléctricas de la Provincia, lo que se vio reflejado en los diversos actos en que aparecieron juntos.

Otro punto que le está ocasionando problemas dentro del sindicato es la seccional de Córdoba. Moser ganó la elección gracias a los votos de esa filial, pero su dirigente responde a Hugo Moyano y ni bien ganó fue a saludar al camionero, lo que irritó al titular de Luz y Fuerza.

Por su parte, a los “gordos” de la CGT oficial también les cayó mal por los aires de “renovación” con los que Moser se presentó en la última cumbre de la Central. El más molesto de los popes sindicales sería Héctor Daer, de Sanidad.

A tal punto la nueva conducción desconcertó a los sectores oficialistas que los militantes de La Cámpora que lo apoyaron, como "Wado" De Pedro- que, al igual que Moser, proviene de Mercedes-  ahora se sienten en off side.