Graciela Ocaña está logrando ubicarse en el valioso rol de la tercera en discordia, en un tablero porteño que va polarizándose entre el PRO que competirá con Horacio Rodríguez Larreta o Gabriela Michetti y la candidatura de Martín Lousteau por Unen.
Es luego de estos tres dirigentes, la única política porteña con un caudal de votos propios competitivo. Hoy todos los sondeos le reconocen de 8 a 12 puntos en una elección de jefe de Gobierno.
Por eso, la tientan de uno y otro lado. Pero junto a Daniel Amoroso, verdadero cerebro de su construcción política, han tomado una primera decisión de fondo: “Hasta que no se sepa si vamos a tener elecciones separadas como marca la Constitución porteña o unificadas, no vamos a anunciar nuestro posicionamiento”, afirmó a LPO uno de sus colaboradores más cercanos.
Es que en un escenario desdoblado el valor de la candidatura de Ocaña crece exponencialmente por el arrastre de su figura. Si las elecciones se unificaran, quedaría aplastada por la tensión lógica de la pelea presidencial y se vería casi obligada a cerrar con alguno de los presidenciales.
En ese sentido, Sergio Massa viene cortejándola hace rato. El sábado Ocaña se mostro con el diputado massista Oscar “Cachi” Martínez, con quien tiene una vieja amistad. Y en el Frente Renovador trabajan para concretar una foto con el propio Massa, con la excusa de una visita al centro de operaciones de Tigre, para ver como funciona el botón anti pánico y otras tecnologías de seguridad.
La alianza con Massa, que mide bien en Capital, podría llevarla a unos 20 puntos analizan cerca de la ex titular del Pami. No es poco, hoy con 12 puntos estaría metiendo de tres a cuatro legisladores. Con el anabólico de Massa podría aumentar esa cosecha y hasta soñar con coronar dos diputados nacionales en octubre.
Pero Ocaña también se mostró con Horacio Rodíguez Larreta días atrás, reviviendo los rumores de una fórmula con le jefe de Gabinete porteño. La foto agitó la interna del PRO, donde varios se imaginan en ese lugar, aunque por ahora digan que compiten por la jefatura.
Distintos consultores han sugerido a Larreta que Ocaña sería su vicejefa ideal por que lo “complementa”. Una suerte de remix de la fórmula Macri-Michetti. La ex titular del Pami arrastra un récord inmaculado de lucha contra la corrupción y un perfil de centroizquierda que contribuiría a “humanizar” al ejecutivo jefe de Gabinete porteño.
En el entorno de Ocaña creen que si finalmente Larreta les ofrece la candidatura a vicejefa, la oferta sería muy difícil de rechazar. El romanticismo de ir trabajando la construcción de la fuerza propia cedería en ese caso ante la posibilidad muy concreta de gestionar la Ciudad.
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