Tras dos jornadas de virulentas protestas y cortes de ruta en el sur de Mendoza, la Legislatura provincial decidió archivar el proyecto minero Hierro Indio, al rechazar la Declaración de Impacto Ambiental que avalaba el emprendimiento en el departamento de Malargüe.

Hierro Indio es una zona donde se planeaba extraer hierro, a manos de empresas mineras locales. Si bien se trataba de un proyecto menor, su debate y aprobación o no por la Legislatura provincial, marcaria el humor social respecto a la minería. Tal era la intención del gobernador Paco Pérez, quien impulsó el proyecto con la idea de, en el corto plazo, insistir con la mega mina de cobre San Jorge, en plena cordillera mendocina.

En ambos casos, más allá de que ni Hierro Indio ni San Jorge violan la ley antiminera 7.722, la presión social de grupos ambientalistas, terminó por acobardar a la oposición, que optó por rechazar el primero. Los cortes de rutas en los sureños departamentos de General Alvear y San Rafael, con desmanes en las ciudades cabeceras, el cierre de negocios, los asuetos municipales y las escuelas cerradas, hicieron lo suyo para presionar a legisladores que se habían manifestado a priori de acuerdo con el avance de Hierro Indio.

Finalmente, este viernes, por 29 votos en contra y 16 a favor (todos oficialistas), la DIA de Hierro Indio se archivó. Se trataba de un proyecto menor, con una inversión no mayor a los 5 millones de dólares, que habría creado unos pocos cientos de puestos de trabajo. Pero esos puesto los podrían haber cubierto habitantes de Malargüe, departameto que quedó muy golpeado tras a salida de Vale del proyecto Potasio Río Colorado, a principios del 2013. Incluso el intendente, Juan Agulles, fue uno de los más entusiastas partidarios de Hierro Indio. Mientras que su par y del vecino General Alvear, Juan Carlos De Paolo, rechazó el proyecto desde un principio. Ambos son justicialistas, de ahí lo complejo de los posicionamientos respecto al desarrollo minero en Mendoza.

Hierro Indio junto a Cerro Amarillo fueron los dos últimos proyectos mineros enviados por el gobierno de Paco Pérez a la Legislatura con la idea de que fueran aprobados y comenzaran a trabajar lo antes posible. Por cuestiones formales, Cerro Amarillo quedó en el camino a principios de mes, pero Hierro Indio continuó. Luego de semanas de análisis de informes técnicos, obtuvo despacio del plenario de comisiones, impulsado por el oficialismo, y a principios de esta semana se debatió en el Senado. Por un voto, obtuvo el aval, pasando a Diputados.

En dos días, los combativos ambientalistas del sur provincial y del Valle de Uco, prácticamente tomaron General Alvear, departamento vecino a Malargüe, donde se ubica el emprendimiento. Los cortes de ruta y las protestas hicieron sentir su presión, incluso logrando que legisladores oficialistas residentes en el lugar, dieran vuelta su voto.

Este viernes, tras rechazarse el proyecto por parte de la Cámara de Diputados, los cortes se levantaron inmediatamente, y desataron la ira de los empresarios vinculados a la minería. Denunciaron presiones y que “así no se puede debatir nada”, en relación a las vehementes protestas y manifestaciones. Incluso este clima se trasladó al recinto, donde grupos ambientalistas y pro mineros se cruzaron en insultos varias veces durante la sesión.

Adiós a San Jorge

Desde un primer momento quedó claro que Hierro Indio era un globo de ensayo que tiraba a volar el gobierno de Paco Pérez para tantear el humor social respecto a la minería. El objetivo de fondo era, si pasaba más allá de una resistencia acotada, el próximo paso sería insistir con San Jorge, el yacimiento de cobre que espera ser explotado en la cordillera mendocina.

Sus nuevos dueños, dos grupos inversores rusos, vienen presionando desde hace meses a Pérez para que avale el proyecto, enviando la DIA a la Legislatura. “Si no sale antes de fin de año, nos vamos”, amenazaron los rusos, mientras no se cansaban de anunciar que tenían 400 millones de dólares disponibles para invertir “ya” en Mendoza.

Incluso cambiaron el proyecto original para extraer en Mendoza y procesar en San Juan, construyendo una vía férrea de 22 kilómetros, lo que encareció el proyecto original. Todo para intentar desalentar las protestas que, como se vio, terminaron enterrando Hierro Indio.

Paco Pérez ahora ve cómo la minería en Mendoza, por lo menos en el mediano plazo, será inviable, pese a que el rechazo a la actividad a decrecido teniendo en cuenta recientes sondeos de opinión. Esto tiene que ver con la situación económica y el crecimiento de 1,6% del desempleo en Mendoza en el último trimestre, según datos del INDEC.