Mauricio Macri le dio a Gabriela Michetti un ultimátum hasta fin de año para que defina si lo acompaña en la fórmula presidencial del PRO.

El jefe de gobierno porteño no quiere un compañero de fórmula radical y le dijo a la senadora que quiere que sea su vice, pero que se tome hasta diciembre para definirlo.

“Todavía me falta tomar la decisión final", aseguró en ese sentido Michetti esta mañana en diálogo con Radio Ciudad (donde trabaja su vecino y amigo), y aclaró que "estoy más tendida (sic) a ir hacia la candidatura de jefa de gobierno".

Sin haber comenzado su campaña en la Ciudad, la senadora está cansada porque en los últimos meses viajó mucho al interior del país, con un guardaespaldas que lo acompaña a todos lados.

En ese contexto Michetti es una de las más interesadas en que Ernesto Sanz sea el candidato a vicepresidente y no tanto por la búsqueda de un espacio “abierto y plural” como dijo hoy en la radio si no para poder ir por la Ciudad.

En ese sentido, en el último tiempo mantuvo varios encuentros con su amiga Elisa Carrió, a quien buscó convencer de que su candidatura porteña servirá para cerrar un acuerdo con Unen.

Presiones

La de Macri es acaso la mayor presión que tiene Michetti para definir adónde juega, aunque no es la única.

El máximo socio del líder del PRO, Nicolás “Nicky” Caputo, no quiere que Michetti sea la jefa de gobierno. A pesar de ello, como explicó LPO, Michetti intentó acercarse al empresario y le mando emisarios para garantizarle que se mantendrían "los grandes acuerdos".

Uno de los emisarios es su propia pareja, Juan Tonelli, que representa a la Cámara Argentina de Medicamentos de Venta Libre y supo ser lobbysta de grandes empresas como Coca Cola. Tonelli recorre despachos de empresarios, entre ellos el de Caputo y es quien más presiona a Michetti para que sea candidata en la Ciudad.

Pero pese a las presiones de su propia pareja, Michetti siente que Macri no aceptaría otra respuesta negativa, luego del rechazo de la ex vicejefa del año pasado a una candidatura en la provincia de Buenos Aires.

Es por eso que el principal argumento que esgrime Michetti es que ella es la única dirigente del PRO que garantiza un triunfo del partido amarillo en la Ciudad. “Si me garantizan que retenemos la Ciudad voy a la nacional", le dijo la senadora a Marcos Peña, el influyente secretario general del gobierno porteño.

Este argumento quedó en crisis con las últimas encuestas que lo dan bien a Larreta o que en su defecto indican que el PRO como marca ganaría por amplio margen en la Ciudad, sea cual sea su candidato.

Michetti se escuda advirtiendo a su entorno que “son operaciones” del jefe de gabinete, pero está preocupada por los sondeos porque Macri es especialmente devoto de las encuestas. Si Larreta, que es el candidato que preferiría Macri para la Ciudad, también garantiza el triunfo, a Michetti se le agota el argumento que esgrimió a Peña.

Como sea, Michetti rezonga entre los suyos porque no quiere que el aparato del PRO, volcado casi en su mayoría a su rival, Horacio Rodríguez Larreta, la pase por encima. Y pese a que repite que la mitad del gabinete está con ella, sus propios aliados suelen pasar semanas sin que Michetti les devuelva un llamado.

Sólo los ministros Daniel Chaín, Guillermo Montenegro y su amigo Hernán Lombardi pueden encuadrarse realmente dentro del “ala michettista”, hasta cierto punto: Macri ya no soporta a Chaín por sus “malos modos” en las reuniones de gabinete; Montenegro tiene la cabeza puesta en su candidatura a intendente de San Isidro y Lombardi juega a dos puntas con Larreta.