Jocoso, Sergio Urribarri suele anotarse una cucarda: Cristina Kirchner lo reconoce como su nexo inicial con el CEO de YPF Miguel Galuccio, quien antes de los avatares por la ley de hidrocarburos y el acuerdo por Chevrón era tal vez el funcionario más respetado del Gobierno.

Lo que nunca contó Cristina son los negocios del gobernador de Entre Ríos con el jefe de la petrolera de bandera, que incluyen obra pública y contratos con consultoras de comunicación.

Galuccio conocía a Urribarri por su hermano Carlos, directivo de la constructora Losi S.A., de las más beneficiadas con la obra pública de Entre Ríos.

El Galuccio constructor es un personaje conocido en su provincia. Tomó control de Losi S. A. al casarse con la hija del dueño y con esa chapa llegó a presidir la Unión Industrial local en 2008, plena época del idilio de Urribarri con Cristina por su fidelidad durante el conflicto con el campo.

Ese vínculo le abrió la puerta al gobernador para obtener obras con fondos nacionales, pero muchas veces quedaron en anuncios.

Fue el caso de los hospitales de Paraná y Gualeguaychú, que esperaban inaugurarse para 2010 pero nunca comenzaron a funcionar.

Pero pocas cosas le interesaban más a Urribarri que tener su estadio único en Paraná y por eso lo sumó a los anuncios de campaña.

La obra nunca comenzó y con los graves problemas financieros de la provincia, a la intendenta Blanca Ossuna le pareció conveniente darla de baja. “No veo multitudes reclamando por el estadio único”, dijo días pasados.

Los números de Entre Ríos son cosa seria: como adelantó LPO, Urribarri tiene un agujero fiscal de 1100 millones de pesos que lo obliga a emitir letras provinciales para pagar los sueldos. Tal vez un estadio de fútbol no sea lo más oportuno.

Conexión Capurro

El principal acuerdo que sellaron Galuccio y Urribarri fue por la consultora de comunicación de Doris Capurro.

Contratada por YPF, la consultora también trabaja para la candidatura presidencial del gobernador y en Entre Ríos nadie cree que ese trabajo se financie con fondos de la provincia.

Amiga de Cristina Kirchner, Capurro sumó a Urribarri en la voluptuosa pauta de YPF en los medios, protección suficiente para que haga campaña nacional mientras no puede pagar los sueldos.

En Entre Ríos la oposición ya habla del cerco mediático más grande del país. “No podemos hablar con nadie”, afirman los detractores del gobernador.

Los fondos de YPF no dejan rastros, porque al tratarse de una sociedad anónima con participación estatal no pueden ser revisados por la Auditoría General de la Nación (AGN).

Es lo que le permite a Galuccio no mostrar los contratos de gas licuado, que arriban al país en barcos por un costo no menor 50 millones de dólares.

Capurro no fue una buena influencia por estos días, al quedar envuelta en un escándalo de lobby empresarial por trabajar un emprendimiento de la modelo Valeria Mazza en Punta del Este.

Fue, tal vez, el primer disgusto que le trajo a Urribarri, que cuenta gustosamente con sus servicios sin aportar mucho más que su sonrisa.