El Presupuesto 2015 recientemente aprobado en el Congreso de la Nación sirvió en bandeja otro formidable negocio a las grandes petroleras, que podrán seguir importando nafta sin pagar impuestos. Se trata de un negocio que les viene reportando millonarias ganancias, especialmente a YPF que en el primer semestre se habría beneficiado con alrededor de 90 millones de dólares.

La nafta súper, por ejemplo, está gravada en un 62% por el Impuesto sobre los Combustibles Líquidos y Gas Natural (Ley Nº 23.966), más un 5% para el Fondo Hídrico de Infraestructura (Ley 26.181). En el caso del gasoil, se paga un 19% correspondiente a la Ley Nº 23.966 y otro 22% del Impuesto a la Transferencia de Combustibles (Ley Nº 26.028). Pero desde hace algunos años el Gobierno exime el pago de esos impuestos a los combustibles importados.

“Hace algunos años el Gobierno Nacional estableció este beneficio, que sin dejar de ser inconstitucional tenía una lógica económica porque el precio interno de los combustibles líquidos era mucho más bajo que el precio internacional. Pero ahora ambos precios son similares con lo cual este beneficio no tiene sustento ni en lo constitucional ni en lo económico”, dijo a LPO Claudio Molina, director Ejecutivo de la Asociación Argentina de Biocombustibles e Hidrógeno.

Molina viene denunciando desde hace tiempo las distorsiones que genera esta desgravación impositiva que considera que “si bien es legal, no es constitucional”. En su opinión, esto es así porque se discrimina el tratamiento tributario de un producto debido a su origen y se ven afectados principios tributarios previstos en la Constitución, como la equidad y la igualdad.

“Genera una transferencia fenomenal de ingresos a favor de las petroleras, de la que el Estado sólo recupera una tercera parte, en el mejor de los casos, a través de su participación accionaria en YPF”, detalló Molina. “No creo que haya muchos antecedentes en el mundo de brindar un tratamiento impositivo más desventajoso al producto nacional que al importado”, agregó.

La aplicación de este beneficio tiene como principal ganador a las grandes petroleras, en especial a YPF. El diario La Nación realizó un detallado análisis para concluir que con los valores actuales, “en el primer semestre del año cada metro cúbico de nafta grado 3 (premium) que se importó dejó a la petrolera que lo hizo 388 dólares, muy por encima de lo que se gana si lo que se vende es combustible nacional”.

En el caso de YPF, este beneficio empujó a la gestión de Miguel Galuccio a lograr millonarias ganancias. Según la mencionada nota, la petrolera importó en junio 47.634 metros cúbicos de nafta grado 3 a precio final fue de 854 dólares cada uno, contando el flete. El público pagó 1260 dólares por esos 1000 litros de nafta.

Es decir que sólo en ese mes se benefició con u$s 18.460.115 por la desgravación de impuestos. “Según surge de los datos de la compañía, durante el primer semestre de 2014, YPF importó 233.811 metros cúbicos de nafta súper grado 3. La renta extraordinaria por esa operación fue de 90.611.286 dólares”, agrega el artículo. En ese período, la petrolera de Galuccio tuvo una utilidad neta de u$s 540 millones.

“La política parece ser generar ganancias enormes para YPF y tapar la ineficiencia que hay adentro. Además, necesitan plata para invertir”, explicó una fuente del mercado a LPO, aunque aclarando que muchos de esos beneficios quedan en manos de los accionistas privados como George Soros o los buitres de BlackRock.

Pero además del beneficio a privados, la eximición de impuestos a la importación de naftas está generando graves consecuencias a las refinerías nacionales. “Este beneficio es una especie de ‘anticompre’ nacional porque hoy es más rentable importar combustible que utilizar los productos nacionales, incluso los biocombustibles”, explicó Molina.

Fue lo que denunció meses atrás el senador nacional Guillermo Pereyra, a raíz de la crisis en la refinería Petrolera Argentina. “Empresas tales como Petrobras, YPF, Shell o Esso, que están beneficiadas con la importación de combustibles –un millón de metros cúbicos por año de nafta y 7 millones de metros cúbicos de gasoil-, ¿qué le van a ir a comprar a las empresas chicas, si el combustible si es mucho más caro? Evidentemente esto ha llegado a la destrucción total de estas empresas”, advirtió el dirigente petrolero en el Senado.

“Estas empresas fueron creadas con motivo de sustituir las importaciones de combustible. Fueron ayudadas por el Estado nacional a través del programa Refino Plus. Pero resulta que el mismo Estado nacional, a través de los impuestos y de las medidas que se toman, está destruyendo lo que ayudó a crear”, analizó Pereyra.

En principio, el Gobierno eximía del pago de impuestos a la importación de 200 mil metros cúbicos (más un 20% extra) de nafta, pero el año pasado se amplió a un millón de metros cúbicos (más el 20% extra). Es la misma cifra que se autorizó para el 2015.

La sangría de fondos que esto genera a las arcas públicas es fenomenal y se desprende de un cálculo simple. Si se importaran en 2015 un millón de metros cúbicos a un promedio estimado de 750 dólares cada uno, el Estado argentino resignaría aproximadamente 500 millones de dólares.

En el caso del gasoil son 7 millones de metros cúbicos, pero se puede llegar a 8.4 millones con el 20% extra. El beneficio es mayor ya que el gasoil se utiliza para la generación eléctrica y la eximición tendría como objetivo mantener las tarifas baratas. De hecho, en un principio la intención era beneficiar a la estatal Cammesa, que importaba para transferirle el combustible a las generadoras. En el mercado calculan que poco más de la mitad de lo que se importa se usa para ese fin.