La Fiscalía General de la Ciudad es escenario de una nueva disputa entre los dos sectores judiciales que engloba el macrismo, encabezados por Daniel “Tano” Angelici y la banda de José Torello y Pablo Clusellas.

El ex Fiscal General, Germán Garavano, que entró al macrismo de la mano de Francisco de Narváez, quiere volcar a los fiscales contra Martín Ocampo, su sucesor.

Garavano responde a la línea del PRO denominada CPC (Compromiso Para el Cambio), integrada por Torello –apoderado del PRO y amigo de la secundaria de Macri- , Clusellas –secretario legal y técnico de la Ciudad- Fabián “Pepín” Rodríguez Simón y Mauricio Devoto, dos operadores judiciales.

Esta línea estuvo históricamente enfrentada al ala que encabeza Angelici y quedó golpeada cuando el Tano impuso a Ocampo en la Fiscalía General. Desde entonces, buscan limar al ex legislador, que dejó a gente de Garavano fuera del organismo del Ministerio Público.

Para eso, Garavano envió a Norberto Brotto, que tiene a cargo la Unidad Fiscal Norte, a hacer campaña contra Ocampo, que tiene el apoyo de los fiscales del Sur.

El 14 de octubre pasado, Brotto reunió al personal de la Unidad de Intervención Temprana (UIT) y les advirtió que durante este año y el próximo no va a haber ninguna corrida, lo que en la jerga judicial se refiere a los ascensos para cubrir vacantes, en este caso en las fiscalías.

Brotto advirtió además que el presupuesto de la Fiscalía se va a achicar puesto que el gobierno porteño quiere destinar la mayor cantidad de fondos posible a la campaña del PRO en la Ciudad y a la campaña presidencial de Mauricio Macri.

El titular de la Unidad Fiscal Norte adelantó que en este contexto no se esperan grandes aumentos para los empleados para el año que viene.

Lo curioso es que después de lanzar todas esas premoniciones y anuncios de la supuesta austeridad que les tocará a los empleados de la Fiscalía, Brotto se tomó un avión a Washington, adonde fue como veedor de las elecciones norteamericanas. El viaje se lo pagó la Procuración General.