Sandro Guzmán dejará su banca en el Congreso de la Nación y volverá a tomar las riendas de Escobar, un distrito complicado tras la salida del hasta ahora diputado. La jugada fue confirmada a LPO por el propio intendente.

Guzmán vuelve a su pago chico para reemplazar al interino Walter Blanco ante problemas de gestión y para poner un corte a los zigzagueos políticos y de paso enviar un mensaje a Martín Insaurralde, que también debe definir si renuncia su banca y vuelve a Lomas de Zamora o por el contrario, renuncia a la intendencia de la que sigue en uso de licencia.

"Vuelvo al Municipio antes de fin de año", confirmó Guzmán a LPO y agregó "Walter me dijo que no quiere presentarse el año que viene", por lo que se vio obligado a regresar al distrito a ordenar la estrategia para las próximas elecciones.

Insaurralde sufre la presión cruzada de distintos sectores políticos para que defina su futuro. Elisa Carrió presentó un proyecto que actualmente se debate en comisión que busca impedir los dobles cargos electivos. En concreto, apunta a evitar que los intendentes puedan asumir bancas en el Congreso sin antes haber renunciado en sus localidades. El kirchnerismo, enojado con Insaurralde, ya avisó que votaría a favor de la iniciativa. 

Ahora se suma a la presión el Frente Renovador, que envió un mensaje contundente con la decisión de Guzmán. Hace poco el propio jefe de bloque del massimo, Darío Giustozzi tuvo que renunciar a disgusto a la intendencia de Almirante Brown.

La tensión local

Se sumó también a la decisión de Guzmán, un condimento local. Con Blanco, primer concejal, luego jefe de Gabinete e interino con la salida del intendente, las cosas no funcionaron de manera aceitada. 

La gestión, según referentes locales, incluso habría perdido empuje y en el distrito dicen que lo único que hicieron en todo el año fue poner lámparas. Los coqueteos políticos de Blanco empeoraron la situación.

En 2013 Blanco dijo que iba a quedarse dentro del Frente para la Victoria, pese a que su jefe se había jugado por el tigrense. Apenas asumió presumía de no hacer política, pero empezó a echar a municipales vinculados al peronismo histórico local y al kichnerismo. Después empezó a vincularse al massismo, sobre todo en el Concejo Deliberante, pero también se mantuvo cercano al espacio de Daniel Scioli. 

En el Frente Renovador de Escobar, Guzmán tiene a un jugador interno, el vecinalista Leandro Costa, joven y de buena imagen. Costa responde a Gustavo Posse y depende de cómo juegue el intendente de San Isidro, que se mantiene dentro del massismo pero siempre guarda un aire de independencia política.

Tanto es así que el mismo Posse estuvo la semana pasada en el distrito criticando abiertamente la figura de Guzmán. Algo impensado, por ejemplo en el FPV, que un intendente llegue a un distrito del mismo espacio embistiendo al líder de ese territorio.

Sin embargo, Guzmán no parece enojado por esta situación y está abierto a conversar en el massismo una "lista de unidad" que contenga a Costa.

A esto se le suma incluso nueva compañías, que vienen de Kolina. Como informó LPO, los concejales Luis Carranza y Javier Pérez, de larga trayectoria en el distrito, rompieron con el kichnerismo, se sumaron a las filas del tigrense y apuntan a entrar en la discusión de 2015.

Enfrentado está el luchador Acero Cali, que llegó para hacer ruido en la tierra de Luis Patti. Pero la oposición real en el distrito la juega fuerte el funcionario de Alicia Kirchner, Ariel Sujarchuk, que trabaja para ser el candidato K.

Reemplazará a Guzmán en la Cámara de Diputados el dirigente de la Perón Vive de Tres de Febrero, Horacio Alonso, que aseguró que asume en el Congreso en la primera semana de noviembre. A Alonso, de esa forma, se le complican las cosas en su propia zona, donde se había postulado para desbancar a Hugo Curto.