El arresto de siete colombianos que se tirotearon con la custodia del fiscal Carlos Stornelli volvió a poner en escena la deportación de extranjeros ilegales, que ampara el nuevo código procesal penal que Cristina Kichner envió al Congreso.

Como principal impulsor de la medida, Sergio Berni volvió a dar la nota hoy con una polémica declaración: la Argentina está "infectada de delincuentes extranjeros" que llegan al país "amparados por la laxitud judicial", dijo el funcionario.

El Cels demoró sólo un par de horas para salir a cruzarlo. El director Ejecutivo de la entidad, Gastón Chillier, sostuvo que sus palabras fueron “poco responsables” y agregó que "casi no resiste análisis, es casi una caricatura de lo que debería ser un debate serio. Yo le preguntaría al Secretario de Seguridad a cuántas personas detuvo ayer”.

Sin embargo, desde el sector que conduce Daniel Scioli, el mismo ministro de Seguridad provincial, Alejandro Granados, se expresó a favor de la iniciativa y dijo estar "totalmente de acuerdo con la postura" del funcionario nacional. "Me parece una locura que gente del exterior que comete delitos en nuestro país siga estando en nuestro país", aseveró Granados.

Berni insistió hoy en la necesidad de dar el debate en el Congreso, pero como informó LPO, este tema partió al kirchnerismo en Diputados, donde el proyecto sólo podría aprobarse con el apoyo del Frente Renovador o el PRO. El Movimiento Evita lo rechaza y tiene 4 diputados. Adriana Puigróss, del Frente Grande, ya anunció que votará en contra. 

La bronca que hay en el kirchnerismo es que su aplicación será muy difícil, pero no así que la policía resuelva causas deteniendo extranjeros indocumentados. No sólo la expulsión de extranjeros genera polémica sino también el concepto de "conmoción social" que incorpora el nuevo código procesal penal para definir el destino de las causas. 

Berni se manifestó así un día después de que siete ciudadanos colombianos fueran detenidos acusados de integrar una banda, presuntamente de las llamadas "pincharruedas", que habría intentado cometer un asalto a metros del fiscal Carlos Stornelli.

"Nadie puede decir que el discurso es xenófobo ni que esto implica echarle la culpa de los delitos a los extranjeros. Quien diga eso es porque no entiende nada de lo que está hablando o tiene otras intenciones más allá de querer o no solucionar los problemas del delito", señaló Berni.

En declaraciones a radiales, Berni se quejó de que los delincuentes llegados desde el exterior "generan delitos que son rápidamente excarcelables y, mientras esperan un juicio que nunca llega, siguen cometiendo delitos. Esto parece un saco roto".

El presidenciable del Movimiento Evita, Jorge Taiana, ya se había expresado en contra de lo que considera "argumentos de demagogia punitiva" que "tienen un impacto grande de opinión".

Hoy el director del Cels también buscó contrarrestar a Berni por ese lado. “Es responsabilidad de la clase política dar respuestas serias , y justamente no es dar respuestas demagógicas”, dijo.

“El uso de la prisión preventiva es justo el riesgo de que la persona sometida a un proceso pueda escaparse o entorpecer la investigación”, agregó Chillier. Asimismo, se refirió a la flagrancia y sostuvo que “nosotros planteamos que retrocede y de alguna manera plantea alguna regresión respecto de la Ley de Migraciones. Les da la opción (a los extranjeros) de, sin finalizar un juicio volverse antes”.

También el director de la biblioteca nacional, Horacio González, integrante de Carta Abierta, se manifestó en contra o al menos mostró sus reparos ante el avance de esta medida.

Berni, por su parte, insistió: "No hago análisis, le cuento a la sociedad los problemas que tenemos", aseveró el funcionario, quien dijo contar con "escuchas" en las cuales delincuentes extranjeros le dicen a sus connacionales "venite para acá que no pasa nada".

"Esto hay que discutirlo en el Congreso. Si en el Congreso, donde está la representatividad de la voluntad de los argentinos, determina que los delincuentes extranjeros se pueden quedar en la Argentina, pueden seguir delinquiendo, pueden entrar y salir por una puerta (de la comisaría), que pueden robar cinco, seis, ocho, diez veces en un año, así se hará y así se seguirá respetando la ley, porque eso significa la democracia", concluyó Berni.