Córdoba
El caso de la financiera CBI ahora acorrala al empresario Bugliotti
Un domicilio del poderoso dueño del Grupo Dinosaurio fue allanado por el fiscal Senestrari.

La causa de la financiera CBI que ya golpeó a José Manuel de la Sota, a Ramón Mestre y al presidente del Banco de Córdoba, Fabián Maidana, ahora amenaza a otro de los hombres más poderosos de Córdoba: El dueño del grupo Dinosaurio, Euclides Bugliotti.

El fiscal Enrique Senestrari ordenó el allanamiento de un departamento del complejo Milénica, un barrio cerrado en altura que pertenece a Bugliotti, para buscar documentación sobre CBI. El complejo se ubica al lado del supermercado Dinosaurio del empresario.

Esta financiera quebró después de una corrida, por la cual se habría suicidado uno de socios de CBI, Jorge Suau; el potencial obedece, justamente, a que se investiga si se quitó la vida o lo asesinaron.

El departamento allanado sería del propio Bugliotti, y la medida la realizaron los efectivos de la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA) que también allanaron el local Guevara Outdoors, del contador del grupo Dinosaurio, Javier “El Negro” Guevara. 

Senestrari busca documentos para relacionar a los protagonistas de la causa, aunque el procedimiento, ocho meses después del comienzo del escándalo, podría resultar algo tardío.

Guevara habría sido mencionado en la presunta carta de despedida de Suau como testaferro de Bugliotti.

Este contador es mencionado como el encargado de gestionar los negocios financieros personales de Bugliotti, luego de su salida de Libertad.

A lo largo del tiempo, incrementó su poder y avanzó sobre los negocios colaterales del shopping y de los clientes de Bugliotti. Además, según fuentes consultadas por LPO, administraba dinero de sindicatos, sobre todo de la obra social de Comercio.

En Tribunales se aprecia la lectura interna

Al inicio de la causa, Senestrari pidió el apartamiento del juez federal Ricardo Bustos Fierro por la amistad que lo uniría con Bugliotti. Allá por marzo, incluso circuló una foto de Bustos Fierro y Bugliotti abrazados (y disfrazado el empresario) en la fiesta anual de una revista de negocios cordobesa. Bustos Fierro negó que sean amigos, aunque en Córdoba aseguran que disfruta de la parrilla del shopping de Bugliotti, con el empresario de anfitrión de éste y de otros magistrados federales.

La Cámara Federal rechazó la pretensión de Senestrari con algunas duras consideraciones hacia el fiscal. “El proceso penal no debe transformarse en un espectáculo circense”, escribió el camarista José Vicente Muscará.

En la otra causa que conmueve a Córdoba, la de los narcopolicías y la muerte sospechosa del policía Juan Alós, cuyo cadáver apareció horas antes de que se lo esperara a declarar, Bustos Fierro asestó una derrota a Senestrari.

Para el fiscal federal, su colega provincial Emilio Drazile debía ser imputado por violación de los deberes de funcionario público por la rápida decisión que tomó sobre el cadáver de Alós. Drazile resolvió enseguida que fue un suicidio, cuando para Senestrari hay indicios fuertes que indicarían un asesinato con el propósito de callar al agente que, presumiblemente, iba a hablar sobre las relaciones entre policías y narcotraficantes.

Bustos Fierro desestimó el pedido de Senestrari y Drazile pudo respirar tranquilo.

Entre ambos magistrados hay sellos políticos que los distancias. Bustos Fierro apareció ligado al menemismo al habilitar el pedido del Partido Justicialista cordobés, en 1999, para que Carlos Menem obtenga una nueva reelección, lo que finalmente no prosperó. Senestrari, en tanto, pertenece al grupo kirchnerista Justicia Legítima.

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