Mauricio Macri ideó un plan para disimular un ajuste ante la recesión que ya impacta a la Ciudad y al mismo tiempo avanzar con obras públicas que considera claves para el último tramo de su campaña presidencial.

En el PRO calculan que por la recesión, el PBI caerá 3 puntos antes del fin de mandato de Cristina Kirchner. El impacto directo sobre las arcas de la Ciudad se sentirá a través de la merma en el cobro del impuesto a los Ingresos Brutos, tal como anticipó LPO.

Pese a este contexto, en el proyecto de Presupuesto 2015 que Macri envió la semana pasada, se estipula una inversión de 13 mil millones de pesos en obras públicas.

Entre ellas se destacan la construcción de una villa olímpica para albergar los Juegos Olímpicos de la Juventud en 2018, la construcción de un centro de convenciones en Recoleta y la finalización de las obras de extensión de la línea H del subte.

Pero el presupuesto también incluye partidas para construir más “sapitos” (pasos a nivel), bicisendas y metrobuses, que Macri quiere ver terminadas antes del fin de su segundo mandato para mostrar en plena campaña nacional.

Este tipo de obras no suele estar a salvo de los amparos que presenta la oposición, las agrupaciones vecinales y las ONG ambientalistas, que le han dado decenas de dolores de cabeza a Macri durante sus siete años de gestión.

Ejemplos paradigmáticos fueron los litigios judiciales que debió superar el gobierno porteño para construir los “sapitos” o la pelea con la ONG Basta de Demoler que con un amparo logró frenar durante casi un año las obras de la estación Plaza Francia de la línea H.

De hecho, una de las obras que Macri quiere terminar antes de diciembre de 2015 es el Metrobus que correrá por la avenida Paseo Colón, que es resistido mediante amparos por la comisión de Vecinos en Defensa de Paseo Colón, que acusan a Macri de querer "destruir el barrio de San Telmo" mediante una serie de expropiaciones.

En este contexto, Macri definió que hasta el final de su mandato, las obras que sean trabadas por amparos serán frenadas. El presupuesto porteño se aplicará entonces sólo en las obras sin obstáculos judiciales.

“Si se judicializan las expropiaciones, frenamos el Metrobús”, señaló a LPO una alta fuente del Ejecutivo porteño. Lo mismo sucederá con los sapitos que reciban amparos en contra.

De esta manera, Macri busca hacer un ajuste disimulado y al mismo tiempo echarle la culpa a quienes traben las obras con medidas cautelares. El jefe de gobierno ya había comenzado a ajustar gastos en obras y a pisar los pagos a proveedores, tal como adelantó este medio.