Las contradicciones del relato kirchnerista vienen acrecentándose en los últimos tiempos en el marco de la ya indisimulable crisis económica y más aún a medida que comienza a transitarse el fin del mandato de Cristina Kirchner en el poder.

Sucede que ahora le tocó el turno a la Corriente Agraria Nacional y Popular (CANPO) que el 5 de septiembre pasado -en pleno debate por la Ley de Abastecimiento- emitió un durísimo comunicado apuntando los cañones hacia George Soros.

En el comunicado, la agrupación que coordina Guillermo Martini aseguró que dicha Ley “es un paso más que da el país para lograr un comercio más desconcentrado” y que “sirve para que las empresas no terminen en manos de Soros”.

“Por el activo rol del Estado se evitó en su momento que la láctea SanCor terminara en manos de los fondos de inversión de Soros, gracias a un acuerdo con Venezuela, para seguir siendo de los productores tamberos organizados”, afirmó la CANPO.

En rigor, lo que no sabían Martini y sus colaboradores más cercanos es que apenas dos semanas después de las duras críticas, Cristina Kirchner se reuniría con el magnate en Nueva York antes de la Asamblea Anual de las Naciones Unidas (ONU), donde se habría hablado de la compra de la deuda de los buitres a cambio de yacimientos en Vaca Muerta.

Y menos se imaginaban los integrantes de la CANPO que este jueves la presidenta iba a terminar festejando la inversión de u$s 30 millones que realizó Soros en la localidad de Pehuajó para construir una planta destinada a producir girasol confitado.

Así las cosas, en el mundo de la política se ríen por estas horas del paso en falso que dio la agrupación CANPO en su vuelta a escena para intentar posicionar la candidatura del presidente de la Cámara de Diputados, Julián Domínguez.

Es que la agrupación ultra-kirchnerista -creada en 2010 por el entonces ministro de Agricultura para contrarrestar a la Mesa de Enlace- en los últimos años se mantuvo alejada de la arena política hasta que unos meses atrás conformó un área de prensa para difundir sus actividades e instalar la consigna “Domínguez 2015”.

Otra que queda mal parada ante la nueva relación de Cristina con Soros es su amiga Hebe de Bonafini. Hace unos años, la presidenta de Madres de Plaza de Mayo lo increpó feo en un debate por teleconferencia conocido como "Diálogo entre Davos y Porto Alegre" en el que confrontaron empresarios e integrantes del Foro Social Mundial.

"Señor Soros, con esa cara de hipócrita sonriente, muriéndose de risa ante la muerte de millones de niños por hambre ¡conteste señor Soros!, ¡míreme a la cara si se anima", le gritó Hebe. El húngaro-estadounidense no quiso contestarle.