En el entorno del Papa Francisco admiten que por primera vez de que fue elegido Sumo Pontífice, en marzo de 2013, a Jorge Bergoglio le hicieron llegar las críticas que generó en Argentina su último encuentro con Cristina Kirchner.
El Papa recibió a la presidenta el pasado 20 de septiembre y ese no fue el motivo de las críticas que recibieron en su entorno, puesto que se trató de la cuarta vez que se reunió con Cristina desde que se convirtió en el líder de la Iglesia Católica.
El motivo de las críticas fue el contexto de ese almuerzo en Santa Marta. Cristina le dio un papel estelar a La Cámpora, que el año pasado cuestionaba con dureza a Bergoglio pero que ahora se plegó a la devoción de “La Jefa” por el Papa.
En ese encuentro, el titular de la organización, Andrés “Cuervo” Larroque, le regaló una remera de la “orga” al Papa, gesto que Cristina festejó, acaso sin comprender la enormidad de la desmesura de partidizar al extremo la visita de una jefa de Estado al líder religioso más importante del mundo y a su vez, también jefe de Estado.
La opción de la Presidenta por La Cámpora llegó así al bochorno de transformar un evento diplomático de gran importancia, no ya en un acto partidista sino en la búsqueda de réditos políticos para una agrupación política particular, que casualmente conduce su hijo.
"El Cuervo le regaló una camiseta de La Cámpora y todos los libros de La Cámpora, los que escriben bien y mal porque la historia hay que contarla completa", festejó Cristina luego del encuentro.
El juego mezquino del kirchnerismo al que se expuso el Papa tras ese encuentro con ribetes banales causó malestar tanto en la Iglesia argentina como en todo el arco político vernáculo.
“Es la primera vez que vengo a Argentina y escuchó críticas a Francisco”, dijo la semana pasada el jefe de protocolo del Vaticano, monseñor Guillermo Karcher, a un grupo de dirigentes que lo escuchaba atentamente en Buenos Aires.
Karcher, que días antes del encuentro con Cristina dijo que al Papa "le preocupa la gobernabilidad y la sana democracia", está de visita en Argentina y mantuvo encuentros privados con varios dirigentes políticos. Uno de ellos fue José Manuel De la Sota, que lo recibió en Córdoba. Cuando vuelva a Roma, le contará al Papa del impacto negativo de aquel almuerzo.
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LA INVESTIDURA PRESIDENCIAL DE EL SANTO PADRE Y CENTRO DE BUENA PARTE DE EL MUNDO, HA HECHO, QUE SU HUMILDAD DE FE Y CORAZON, PERMITIERA SOLO EL SALUDO, DE LA CAMPORA O EXISTE ALGUN DECLARACION DE APOYO ??? EN ABSOLUTO.
COMO ARGENTINO Y HOMBRE DE FE, ME SIENTO HUMILLADO, ANTE LA ACTITUD POLITICA PRESIDENCIAL, QUE NADA TENÍA QUE VER, CON LA VISITA. - SI POR PARTE DE EL PAPA, CON SU CORAZON ARGENTINO, ERA Y FUÉ, PARA MI, TRATAR DE EVITAR MAYORES Y GRAVES MALES A SUS COTERRANEOS DE EL CORAZON.- CIRO GIMENEZ