La justicia uruguaya pedirá la extradicción de Alejandro Vandenbroele, el supuesto testaferro del vicepresidente Amado Boudou, para indagarlo por presunto lavado de dinero que utilizó para salvar de la quiebra a la ex Calcográfica Ciccone.

Vandenbroele fue citado dos veces por la Justicia uruguaya para que explique el origen del dinero que transfirió desde Montevideo a Buenos Aires para la compra de la empresa, pero en ninguna de las dos oportunidades (el 4 de febrero y el 28 de agosto) se presentó.

Es por eso que, según reveló el diario El Observador, el juez Néstor Valetti resolvió en las últimas horas pedir su extradición. Previamente, junto al fiscal Juan Gómez habían rechazado una solicitud de la defensa de Vandenbroele para que declare en Argentina.

El medio explica que para que un juez uruguayo procese a una persona por lavado de dinero necesita que haya sido procesada previamente por un delito, como corrupción, que explique el origen de los fondos que blanqueó. Vandenbroele -junto a Boudou y otros- fue procesado por corrupción en Argentina, por lo que la Justicia uruguaya está habilitada a hacerlo por lavado de dinero.

La Justicia uruguaya quiere que Vandenbroele explique el origen de los 2,4 millones de dólares que inyectó en The Old Fund para la compra de la ex Ciccone. Lo hizo a través de la sociedad anónima uruguaya que preside: Dusbel. Esa firma tiene las cuentas congeladas.

Los abogados de Vandenbroele habían argumentado que no pudo declarar porque “si bien está dispuesto a colaborar con la Justicia uruguaya, está siendo sometido a tres causas judiciales en Argentina, lo cual lo determinan a tener que permanecer en su país para ejercer su defensa".