Cristina Kirchner se mostró ayer sorprendida por la inacción del Banco Central frente a las denuncias contra bancos y entidades financieras, y llamó a establecer nuevas reglas para controlar a esas instituciones, aunque olvidó u ocultó que ella misma bloqueó un intento de modificar la Ley Penal Cambiaria en 2012.

La Presidenta dijo en un enardecido discurso que en el BCRA “hay más de 80 mil expedientes, algunos datan de los años 80, sobre infracciones a la ley penal cambiaria, de exportadores, de bancos, de financieras, que no se tratan”, y se refirió a la polémica surgida el lunes entre Jorge Capitanich y el fiscal Carlos Gonella.

“Escuché el tema del cambio de Ley Penal Cambiaria, no sé si habrá que cambiar o no la ley, que data del año 1971, es una discusión que darán los legisladores”, señaló Cristina, en lo que efectivamente pareció un llamado a que el Congreso cambie la norma, más aún cuando luego recalcó cómo han cambiado los delitos económicos.

Sin embargo, la Presidenta obvió que ella mismo frenó un intento de Mercedes Marcó del Pont cuando era presidenta del Banco Central para modificar la Ley Penal Cambiaria y tener mayores herramientas para controlar a las entidades financieras que operan en el mercado cambiario y presionan sobre el dólar.

Según supo LPO, en 2012 Marcó del Pont le planteó la idea a Cristina y recibió una negativa como respuesta. "Este no es el momento para avanzar con esto", le dijo la jefa de Estado, seguramente atravesando una mejor relación con los banqueros.

En ese momento, además, Cristina tenía un control directo sobre el organismo encargado de controlar a los bancos: la superintendencia de Entidades Financieras y Cambiarias del BCRA. Al mando de esa oficina estaba Santiago Carnero, un contador de Caleta Olivia muy cercano a los Kirchner. Pero ni Carnero ni la propia Cristina quisieron frenar las operaciones “ilegales” en el mercado cambiario.

Por eso llamó la atención la sorpresa manifestada ayer por la mandataria ante la falta de controles a los bancos. “Lo que estoy pidiendo fundamentalmente es que los organismos de control y de regulación del país apliquen las normas y fundamentalmente cuiden a todos los argentinos”, reclamó.

“Lo que sí hay que cumplir es la función que tienen los órganos reguladores de control. Porque si por allí le reclaman al gobierno que controlemos por ejemplo los precios, cuando tenemos cientos y cientos de miles de bocas de expendio, cómo no se va a poder controlar un universo de 80 instituciones, que demás están fuertemente reguladas por la Carta Orgánica del Banco Central y también por la nueva ley de Mercado de Capitales y la Comisión Nacional de Valores”, continuó la mandataria.

Cristina mencionó ayer a los bancos Patagonia, Supervielle, Macro, Mariva y Itaú como los que recibieron información privilegiada para desprenderse de dólares antes de que el BCRA cambiara una normativa. Algunas de esas entidades también fueron señaladas por operar en el mercado de “contado con liqui”, que hay que recordar que no es ilegal.