El grupo Clarín con sus operadoras Fibertel y Prima, Arlink del grupo Vila-Manzano y Telecentro de Albero Pierri compraron hoy pliegos para participar de la licitación del espectro 4G, a través de las cuales podrían brindar internet móvil de alta velocidad. 

Sin embargo, fuentes de Clarín aclararon a LPO que la decisión de participar en el proceso licitatorio que demandará inversiones multimillonarias en dólares todavía no estaba cerrada y se estaba terminando de definir esta noche en las futuristas oficinas de Cablevisión en el barrio de Barracas. Mañana vencen los plazos y se sabrá a ciencia cierta quien queda en carrera.

La ley de Servicios Audiovisuales impide que una compañía preste un servicio de telecomunicaciones al mismo tiempo que un servicio audiovisual, como el que Clarín presta a través de Cablevisión-Fibertel, el grupo Vila-Manzano con la operadora de cable Supercanal y Pierri con Telecentro.

Sin embargo, según los abogados de Clarín este impedimento no rige para la telefonía celular y por eso pueden participar del negocio. También deberán sortear el pronunciamiento que hizo en 2010 el Ministerio de Planificación cuando declaró "inexistente" la licencia de Fibertel y ordenó el cese inmediato de sus operaciones, desmesura que Clarín logró sortear con un amparo.

Pierri ya tiene en su poder una parte de las frecuencias a través de las que se transmitirán los datos de 4G.

Según explicaron fuentes del sector a LPO, Telecentro utiliza esa banda hoy para transmitir parte de su señal de cable, por lo que su presentación en la licitación sólo buscaría la impugnación del proceso. Así Pierri lograría el tiempo que necesita para reacomodarse en el espectro y continuar brindando el servicio de televisión.

El gobierno llamó a la demorada licitación en julio de este año, apuntando a liberar las congestionadas frecuencias de 3G por las que hoy circulan los datos de los celulares de las operadoras Movistar, Claro y Personal.

Con la apertura del canal 4G, los celulares de mayor gama -y mayor consumo de datos- comenzarían a mudarse, despejando las frecuencias de 3G y eventualmente mejorando el servicio en ambos espectros.

De todos modos, fuentes del sector creen que el proceso podría trabarse en una ola de impugnaciones cruzadas con las telefónicas y extenderse hasta más allá de 2015, cuando haya otro gobierno en la Casa Rosada.

De ser así, la Argentina tendrá que esperar hasta más allá de 2017 para ver una mejora perceptible en el servicio de telefonía celular.

El Gobierno aspira a recaudar unos 1500 millones de dólares que necesita como el agua con este proceso, pero al mismo tiempo no esta despejando los numerosos inconvenientes regulatorios que existen.

La posibilidad de impugnaciones alcanza también a Telecom que a través de su operadora móvil Personal ya fue excluido por el gobierno en la anterior licitación del remanente de 3G que quedó desierta.

En ese momento el Gobierno adujo que como Telefónica de España había comprado a Telecom de Italia -controlante de la filial argentina- se estaba ante una situación monopolica porque esa compañía también tiene a la operadora Movistar. Fue por eso que Telecom Italia decidió vender su parte del negocio en Argentina , en una operación que finalmente concretó con el grupo Fintech, del empresario mexicano David Martínez. 

Pero insólitamente a diez meses de anunciado ese closing y pese a la buena sintonía de Martínez con el gobierno de Cristina Kirchner, la Casa Rosada sigue sin aprobar la operación que se vence el próximo 25 de septiembre.

Es decir que sino aprueba la venta, Telecom-Personal debería volver a ser excluida del 4G, un verdadero sinsentido ya que se trata de una de las dos grandes operadoras de telefonía móvil del país.