Cristina Kirchner tendrá finalmente su ley de hidrocarburos, tras un acuerdo de esta tarde entre los gobernadores de las provincias petroleras y Carlos Zannini.

El secretario Legal y Técnico logró conciliar con los mandatarios una participación atenuada de las empresas provinciales de energía, que Miguel Galuccio quería excluir impedir que pueda seguir asociándose a las inversoras, bajo la modalidad de carryn.

Según el borrador debatido hoy, podrán seguir haciéndolo pero deberán aportar dinero. “Será un carry sui generis. Habrá que aportar capital en el momento de la producción, no en el de exploración y plan piloto”, explicaron a LPO fuentes de Neuquén. Las otras provincias rebeldes eran hasta ahora Chubut, Río Negro y Mendoza. 

El resto del proyecto prevé un esquema más coordinado de las licitaciones, aunque el poder continuará con el poder concedente.

El Gobierno buscaba una similitud de esquemas impositivos entre las provincias, que permita más previsibilidad.

El acuerdo llegó tras meses de una dura pelea, que comenzaron con los primeros dos borradores enviados a las provincias y escritos por Galuccio. 

Los gobernadores rechazaron de plano dejar de participar de las inversiones con empresas provinciales y Cristina pateó el tablero: los excluyó de los planes de refinanciación de deudas que hizo con el resto de las provincias. 

No le importó que por esa respuesta se quedara sin quórum en la Cámara de Diputados, donde tenía que imponer un paquete de leyes amplio, como el cambio de sede para la deuda y la ley de abastecimiento. 

Semejante escenario no era conveniente para nadie y así lo entendieron. Oscar Parrilli, secretario de Cristina y neuquino acercó a Jorge Sapag, el gobernador con mayor poder en el sector energético y quien más frutos le sacó a una empresa provincial de energía. 

Sapag acordó con Zannini un carry atenuado y aunque este fin de semana no estaba del todo conforme con el borrador, sus pares lo convencieron de no extender el conflicto.