Con la pulcritud que lo caracteriza, el Senado comenzó a ser, de a poco, el primer escenario de la disputa presidencial de 2015, con legisladores que representan las posturas más duras de Cristina, los cautos identificados con Scioli y los peronistas díscolos, que ya hablan por Massa.

Más visibles son los bloques del PRO, la UCR y el FAP, voces de Mauricio Macri, Julio Cobos (su senadora Laura Montero es activa oradora en las sesiones) y Erensto Sanz y Hermes Binner.

Pero la disputa peronista es siempre la más atrayente y en la sesión de este miércoles se vieron todas las caras.

En el Frente para la Victoria los cristinistas puros ya no dejan pasar una sesión sin defender a Cristina. Se alistan en esa línea el santacruceño Pablo González, el sanjuanino Ruperto Godoy, la riojana María Teresa Luna y la pampeana María de los Ángeles Higonet, entre otros.

Curioso: Higonet llegó en 2009 con Carlos Verna y estuvo dos años votando en contra de Cristina. Pero Verna, quien ahora está cerca de Scioli, siempre es hábil para dejar huevos en todas las canastas.

Godoy le quiere disputar la gobernación a José Luis Gioja, tal vez el único mandatario que busca aliados en el sciolismo.

El jefe de bloque, Miguel Pichetto, trabaja activamente para Scioli, con la misión de acercarle senadores, que para el gobernador son la forma de abrir un puente con sus colegas.

Entiende que todos esperarán al final para decidir un apoyo formal, tal vez hasta garantizarse las cosas en su territorio.

La primera senadora en sciolizarse fue la santafesina Roxana Latorre y lo hizo pidiendo que Amado Boudou se tomara licencia, un anhelo de Scioli. Se sumó al pedido el mendocino Adolfo Bermejo, cercano a Juan Carlos "El Chueco" Mazzón.

Pero Pichetto no soportó la presión de Cristina y tuvo que reunir quórum para defenderlo en el recinto. La presidenta fue por más: subió a Latorre a su viaje a Paraguay y le pidió que baje el tono. A Godoy se lo llevó a la cumbre del Brics en Brasilia.

La fueguina Roxana Bertone es la otra senadora que no oculta su afinidad con Scioli. Más reservados son Marcelo Guinle y Aníbal Fernández. A todos los une algo: nunca pedirán respeto por Boudou.

A esta interna se sumó ayer el massismo cuando Fernández, como miembro informante del proyecto para pagar la deuda en Argentina o en Francia, calificó como un mamarracho el proyecto alternativo presentado por diputados del Frente Renovador, pese a que el Gobierno le robó la idea de sumar al país Galo como lugar de pago.

Tal vez por primera vez, el Senado tuvo su voz massista. "Vamos a preguntar por la propuesta que supuesta está mal hecha", desafió el sanjuanino Basualdo, quien se había reunido horas antes con Massa. "Perdón yo no hablé de usted", respondió un sorprendido Aníbal.

"Pero estamos trabajando en un proyecto similar, y he participado también, un poco, en ese proyecto. Es similar. Hemos participado en un proyecto en el que he trabajado bastante", le explicó.

Basualdo es uno de los siete senadores del interbloque del Peronismo Federal, presidido por Adolfo Rodríguez Saá, quien ya acordó trabajar junto a Massa en un frente común que compita en las primarias. José Manuel de la Sota se anotó en ese desafío. 

Sin chance de marcarle agenda al puntano, Massa prefiere hablar con el sanjuanino, quien en mayo, en su provincia, le había dicho que pensara en él sólo si se juntaba con Rodríguez Saá y De la Sota. Le cumplió. Ahora le pagará con otro acto en San Juan el 11 de septiembre, en conmemoración del fallecimiento de Domingo Sarmiento. 

Otro de ese interbloque es Juan Carlos Romero, el ex gobernador de Salta con intenciones de volver y abierto aliado de Massa, igual que la chubutense Graciela Di Perna, cuñada de Mario Das Neves.

Más cuidadosos son Carlos Reutemann y Jorge Garramuño. El santafesino se mostró con él en diciembre pero este año prefiere abocarse a su provincia; y el senador del Movimiento Popular Fueguino vio como su partido adhirió formalmente al Frente Renovador, pero no quiere ponerse la camiseta.

Los senadores del Movimiento Popular Neuquino quedaron en posiciones intermedias. El petrolero Guillermo Pereyra se enfrentó al Gobierno por su primer borrador de la ley de hidrocarburos y no retomó más su relación.

Lucila Crexller sí lo hizo y hasta trabajó en acercar posiciones entre el gobernador Jorge Sapag y Cristina, que ayudaron a un principio de entendimiento.

El 6 de agosto dio quórum para que Boudou pueda presidir la sesión y ayer votó todas las leyes que pidió la Casa Rosada. Y anunció que en Neuquén buscará pelear la gobernación junto a la diputada Alicia Comelli, ladera a Sapag, por ahora, cercano a Scioli.