La Panamericana fue nuevamente escenario de incidentes entre la GendarmerÃa y trabajadores de Lear que reclaman la reincorporación de un grupo de despedidos y que se respeten las condiciones de los delegados que sà fueron reincorporados.
El clima en el kilómetro 31 de la autopista Panamericana, a la altura de la localidad bonaerense de General Pacheco, era de absoluta tensión esta mañana por el corte de los trabajadores en la colectora y todo se complicó cuando militantes de izquierda bajaron de micros y cortaron la traza principal.
La GendarmerÃa Nacional -que habÃa desplegado un fuerte operativo con el apoyo de personal de las policÃas Federal y Bonaerense- desalojó inmediatamente la autovÃa en medio de forcejos, corridas y empujones.
Allà fue cuando algunos efectivos usaron gas pimienta para dispersar a los manifestantes, según denunció el diputado nacional Nicolás del Caño (PTS-Frente de Izquierda). "Me golpearon. No puedo abrir los ojos porque me tiraron gas pimienta directamente a los ojos", dijo a TN el dirigente mendocino, visiblemente afectado por el gas.
En tanto, la ex legisladora porteña Vilma Ripoll sostuvo que los gendarmes "vinieron con una orden de reprimir ferozmente, tiraron gas pimienta" y reclamó: "¿Dónde está Berni, por qué no viene a ver cómo actúa?" el personal de las fuerzas de seguridad.
Los trabajadores de Lear reclaman la reincorporación de unos 60 despedidos y denuncian que los delegados que pueden ingresar a la planta son metidos en una "jaula" para que no tengan contacto con el resto de los empleados.
El Centro de Profesionales por los Derechos Humanos (Ce.Pro.DH) junto a otras organizaciones y personalidades como el premio Noble Adolfo Pérez Esquivel y Nora Cortiñas denunciaron ayer la "aberrante situación" a la que son sometidos los delegados.
"El dÃa lunes 1 de septiembre la empresa Lear finalmente permitió el ingreso de los delegados a la fábrica pero al hacerlo se encontraron con que la patronal habÃa construido una verdadera jaula de 3,5 x 2,5 donde los tiene encerrados durante su jornada laboral a 10 metros del sector donde se encuentran el resto de los obreros", sostiene el comunicado, donde se detalle que las jaulas están hechas de cartones, alambre y plástico.
"Los delegados se encuentran además rodeados de cajas para que no sean vistos por sus compañeros de trabajo y con vigilancia privada apostada permanentemente que los acompaña al baño, al comedor, y donde se movilicen al mejor estilo carcelario. Se trata de una medida totalmente inhumana que no se puede permitir", agrega la nota.
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