El Gobierno nacional y Fiat se metieron en una polémica en torno a la restricción a las importaciones y nuevas suspensiones en el sector, todo enmarcado en la larga crisis que afecta a las automotrices y que derivó en miles de suspensiones y despidos.

Según reveló La Nación, Fiat le comunicó al personal de su planta de Córdoba que debido a problemas de abastecimiento de autopartes por las trabas a la importación, ha resuelto reducir el ritmo de producción y aplicar suspensiones rotativas. Las suspensiones serían parciales en cada sección y por 15 días.

El diario agrega que una versión indica que desde Brasil se le cortó el suministro de autopartes a Fiat por una deuda de 600 millones de dólares, consecuencia de que el Banco Central no le liberara las divisas. A ello se suman las dificultades para importar componentes porque el Gobierno exige a las terminales que equilibren sus balanzas comerciales de manera que por cada dólar que importen deben exportar igual cantidad. Es por eso que desde el sector sindical cordobés sostienen que las suspensiones son una maniobra para presionar a la Rosada.

Al respecto, hoy el jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, denunció que existe una "maniobra de ciertas empresas" para no entregar vehículos del plan ProCreAuto, con la "excusa inadmisible" de que hay "restricciones a la importación".

Sin mencionar a Fiat, el funcionario dijo que la perspectiva del Procreauto es llegar a las "20 mil" operaciones, pero hay "maniobras de parte de la industria automotriz para no proveer respecto al tema de los créditos, no proveer la unidad (de esos créditos), invocando restricciones a la importación".

"En muchos casos son acciones promovidas por ciertas empresas del rubro automotriz que pretenden justificar con falta de insumos importados, excusas que son absolutamente inadmisibles, que no son ciertas, reales ni tangibles", subrayó Capitanich. "No existe ninguna razón que justifique admitir problemas de supuesta falta de insumos importados para la fabricación de bienes nacionales, agregó.

La iniciativa oficial para estimular la venta de autos, lanzada el 24 de junio y en vigor por tres meses, fue la respuesta del Gobierno a la caída en las operaciones, en un marco de una menor demanda, tanto interna como desde Brasil, el principal socio del país.

Ayer, el gobernador cordobés, José Manuel de la Sota, dijo que Fiat se bajó de una línea de créditos del Banco de Córdoba para comprar vehículos fabricados por esa terminal y por Renault "porque van a tener que exportar la totalidad de lo que tiene porque no tienen dólares para importar autopartes".

"No va a poder seguir vendiendo en el mercado local con esta diferencia del tipo de cambio. Todos sabemos en la Argentina que cuando la diferencia entre el tipo de cambio oficial y el paralelo supera el 30% hay despelote y la economía se complica enormemente", señaló De la Sota.