El presidente del Banco Central, Juan Carlos Fábrega, tiene decidido pedirle a China que se gatille el swap de monedas firmado en julio por Cristina Kirchner y Xi Jinping para poder hacerse de unos mil millones de dólares y enfrentar así una previsible aceleración de la caída de reservas.

Según reveló Ámbito Financiero, el pedido se concretará en septiembre, un mes en el que el Gobierno de hacer frente a vencimientos de deuda y más pagos de energía importada, al mismo tiempo que empezarán a sentirse más fuerte las consecuencias de la falta de dólares por el default.

El diario detalla que aunque el acuerdo se firmó por el equivalente a u$s 11.000 millones, en el Banco Central reconocen que será imposible acceder a esa cifra y estiman que como máximo podrían llegar unos u$s 4 mil millones. Para este primer tramo, la cifra sería mil millones.

De todos modos, la activación del swap no es automático. El Gobierno de China puede negarse a hacer el desembolso o bien limitarlo. Además, seguramente los tiempos no estarán en línea con la urgencia argentina y la respuesta china podría demorarse.

Hay otros datos que podrían complicar la intención del Banco Central. Para la agencia calificadora china, Dagong, la Argentina está en default, a pesar de lo que sostienen Cristina Kirchner y Axel Kicillof. 

A principios de mes, cuando Dagong bajó la calificación del país, el viceministro de Economía, Emanuel Alvarez Agis, salió a negar que el default pusiera en peligro el intercambio de monedas, al argumentar que "se pensó para estas situaciones". Algunos especialistas habían afirmado lo contrario.

Pero la operación podría tener otro inesperado obstáculo. Ayer se dio a conocer que el fondo buitre de Paul Singer intimó al Bank of China a entregue información sobre los acuerdos de inversión con la Argentina, como las represas en Santa Cruz y las obras en el Belgrano Cargas, pero también sobre el swap. Singer busca embargar cualquier activo vinculado a la Argentina.

Los problemas que asoman

Ámbito destaca que "estos dólares provenientes del swap estarían compensando al menos en parte las divisas que no ingresarán al país a causa del default: ni YPF ni las provincias saldrán a colocar deuda este año", una consecuencia que había sido adelantada por LPO cuando estalló el conflicto con los buitres.

"También peligran créditos chinos para la construcción de dos represas en Santa Cruz y el Belgrano Cargas. Y, para colmo, Chevron anunció que posterga el ingreso del segundo tramo de la inversión que debía efectuar este año para Vaca Muerta. Son unos u$s 400 millones, que complementaban una cifra similar que ya había entrado hace un par de meses", agrega la nota del periodista Pablo Wende.

Es por eso que en el Banco Central creen que la economía entrará en una fase crítica en el último cuatrimestre, etapa que estará marcada por dos aspectos: una fuerte emisión de pesos para financiar al Tesoro y caída de reservas por todos los compromisos a asumir y la falta de ingreso de divisas.

"Hasta el año pasado, el Gobierno recibía préstamos del Banco de Francia para compensar la pérdida de reservas estacional de todos los segundos semestres. Pero ya a fines de 2013 se cancelaron todos los créditos recibidos y actualmente las reservas no incluyen financiamiento de organismos o bancos internacionales", sostiene la nota.

Además, añade que de seguir sin alguna ayuda externa, las reservas caerían por los menos u$s 4.000 millones hasta fin de año, con lo que terminarían en menos de u$s 24.000 millones. En lo que va de agosto, el derrumbe supera los u$s 400 millones, acentuado en los últimos siete días.

"El panorama para 2015 es aún más preocupante si se mantiene la situación de default. Hay vencimientos de u$s 6.200 millones del Boden 2015, otros u$s 1.000 millones de la provincia de Buenos Aires y u$s 450 millones de la Ciudad de Buenos Aires. Pero además la caída del precio de la soja restaría unos u$s 8.000 millones en relación con el ingreso de exportaciones de este año", completa.