El sindicato de choferes de Mendoza desconoció el mandato de la UTA y se plegó al paro convocado por Hugo Moyano y Luis Barrionuevo, lo que dejó casi vacías las calles y las escuelas.

Su titular, Rodolfo Calcagni, había adelantado desde la semana pasada, que los choferes no trabajarían y que las empresas sólo podrían cumplir con el 20% del servicio establecido.

Otros de los gremios que se plegó al paro fue el de los empleados de estaciones de servicio, donde no se atendió durante la mañana, aunque ya en la tarde se vio a los bomberos cargando combustible.

También los bancarios y personal de ATE Salud decidieron no atender al público, aunque en este último caso, estuvieron en los hospitales y centros de salud, pero en estado de asamblea permanente.

Sólo hubo dos piquetes: uno a primera hora de la mañana en la esquina de Colón y 9 de Julio y otro al mediodía, en el principal ingreso a la ciudad, en Costanera y Vicente Zapata. En ambos casos, se trató de un grupo de no más de 100 personas de los partidos de izquierda, y algunos pocos sindicalistas.

Según el subsecretario de Trabajo de la Provincia, Rubén Boris, el paro nacional en Mendoza tuvo “dispar” acatamiento según el sector que se analizara. En los micros, el impacto fue fuerte, como en las estaciones de servicio en la mañana y en los bancos y hospitales.

Sin embrago, el funcionario destacó que las escuelas estuvieron todas abiertas, con una presencia de maestros del orden del 70 al 80%. Lo mismo ocurrió con los comercios, en su mayoría abiertos, aunque muchos cerraron en la tarde por la falta de público.