El vicegobernador entró furioso al salón oval, su enorme despacho en el flamante anexo del Senado, en la ciudad de La Plata. Pidió que lo comuniquen con las autoridades de Diputados y les reclamó por la ley de fertilización asistida, votada en esa Cámara en julio de este año.

El vice había recibido reclamos “desde arriba” por esa ley e inmediatamente decidió buscar a los responsables para demostrar que desde la llegada del ultrakirchnerismo a la Legislatura ya no existen trabas burocráticas.

Puntualmente el reproche de Mariotto apuntaba a que no había sido firmada la nota formal que acompaña todo proyecto de ley antes de ser enviado al Ejecutivo para su reglamentación.

Sin embargo, la respuesta que recibió del otro lado fue inesperada para el hombre de Lomas. El expediente se firmó el mismo día en que se aprobó la ley, acá están todos los pasos cumplidos.

Ante esa respuesta, Mariotto entró en cólera y entendió que había una maniobra que venía desde sectores poderosos. Imaginó que era el propio Ejecutivo quien frenaba la reglamentación de la ley, imaginó el lobby de las prepagas y grandes empresas vinculadas a la medicina intercediendo ante ministros y el propio Daniel Scioli para que esa ley finalmente no pueda ser aplicada en la Provincia.

El vice reflexionó unos minutos y se dispuso a ir al fondo de la cuestión para determinar responsabilidades. Quería a la ley de fertilización vigente en el territorio bonaerense. Una manera, quizás, de demostrar cambios desde su llegada.

Pidió que lo comunicaran con sus contactos en el gobierno de Scioli y preguntó que sucedía que tenían frenada esa ley ya aprobada por unanimidad en el Senado y en Diputados.

La respuesta fue contundente y dejó al vicegobernador en la posición más incómoda: “Sabemos que se firmó todo en Diputados, pero falta que Usted decida firmar la nota correspondiente para que nosotros podamos reglamentar esa ley”, le dijeron.

Una ley con idas y vueltas

La legislatura bonaerense fue pionera en tener una ley de fertilización asistida. El cuerpo la aprobó en diciembre de 2010 y en agosto de 2011 nació en primer bebé a partir de este tratamiento.

Sin embargo, el Congreso de la Nación aprobó en julio de 2013 una ley nacional más amplia que la ley provincial. A los pocos días, el senador provincial, Luciano Martini, presentó una iniciativa para adecuar la ley provincial a la nacional. Ese texto llevó la firma de la presidenta de bloque Cristina Fioramonti.

En septiembre el proyecto logra tener media sanción del Senado y pasa a Diputados. Allí entró en un mar de especulaciones políticas que demoró ocho meses su tratamiento. Varios diputados kirchneristas quisieron poner en discusión proyectos propios e incluso el presidente de la comisión de Salud, el kirchenrista Juan De Jesús, se encargó de demorar durante meses su tratamiento.

Finalmente, en julio de este año, antes del receso invernal, el proyecto pudo tener sanción definitiva. Claro, faltaba agregar al expediente un despacho final con la firma de las autoridades del Senado y Diputados para que la ley pase al Ejecutivo para su reglamentación final. Todos hicieron lo que debían hacer. Menos Mariotto.