Axel Kicillof volvió a copar la escena en el Senado, donde esta mañana fue a defender el proyecto que propone pagar la deuda en el Banco Nación para el 100% de los acreedores, o sea, los que entraron en los dos canjes y los que están de default como los fondos buitres.

Acompañado de Carlos Zannini y la procuradora del Tesoro Angelina Abbona, Kicillof aportó su vehemencia habitual. “No hay posibilidad de abstenerse de opinar, de no pronunciarse, ni si quiera de oponerse al proyecto oficial sin dar alternativa. Si el parlamento no hace nada, se convierte en una escribanía del juez Griesa”, gritó de entrada.

Intentó incomodar a una oposición que ya había adelantado su rechazo a la iniciativa, que invita a la totalidad de los bonistas a cobrar en el país si así lo desean.

El voto del oficialismo alcanzó para obtener dictamen en el plenario de comisiones y dejar el proyecto listo para aprobarlo la semana próxima.

Zannini y Kicillof aseguraron que no hay muchas alternativas luego de que Juan Carlos Fábrega haya cerrado las operaciones del país del Banco Of New York, el agente de pago en la reestructuración de deuda y que mantiene retenidos los 539 millones que Argentina pagó a los bonistas días antes del default.

“Si los bonistas no quieren cobrar será un tema de ellos. No es algo compulsivo. Si quieren estará el dinero depositado”, simplificó más tarde el secretario Legal y Técnico.

“Queremos pagar pero no podemos depositar en el Banco de New York ¿Qué vamos hacer? Queremos defender nuestro contrato. Y el BONY no lo cumple”, aportó Kicillof. El BONY, en realidad, fue echado por Fábrega debido a supuestos incumplimientos en el país. Y eso lo elimina como agente pagador. 

El ministro relató detalles de su negociación con los buitres para afirmar una vez más que nunca querían acordar y sólo esperaban cobrar la totalidad de la sentencia.

“Los buitres tenían un plan y el primer punto era atacar la moneda argentina. Me lo dijeron en la reunión con el mediador parcial”, ironizó el ministro, en referencia Daniel Pollak. 

"Su plan empezaba con el ataque a la moneda argentina, derrumbar la reestructuración de deuda, atacar internacionalmente por todos los medios a la Argentina y luego generar mecanismos de extorsión para que "Argentina no pague lo que no tiene que pagar".

Tras un habitual y en este caso no tan extenso repaso de la historia de la deuda, Kicillof volvió al tema. Reiteró que en cualquier caso que se le pagara a los buitres se disparaba la clausura Rufo y hubiera sido necesario pagarle al resto de los bonistas.

“Consultamos todos los estudios jurídicos y nadie nos garantizó que no pasara eso. Por eso los que pedían pagar lo que sea o son ignorantes o les encanta tomar deuda a cualquier costo”, se indignó, en clara alusión a Mauricio Macri.

Y sugirió que Paul Singer, el dueño del fondo NHL, “tienen más bonos” y “fondos de cobertura” y hasta intentará hacer bajar el valor de los bonos.

Kicillof casi no se habló del artículo 1 del proyecto, que avala la actuación del Gobierno en los canjes de 2005 y 2010, este último con fuertes cuestionamientos.

Ni siquiera le inquietó cuando Gerardo Morales le recordó que hay una causa judicial que investiga esa operación y sugirió maniobras especulativas de Bancos argentinos, “que en estos días quisieron arreglar todo con los buitres”, en referencia al Macro. “Hay un informe de la Auditoría que pronto tratará la comisión revisora de cuentas”, adelantó.

"No nos falte el respeto, ministro"

Gerardo Morales dijo que era “una falta de respeto” y un acto de soberbia tildar a los legisladores de escribanos de Griesa por no apoyar el nuevo canje.

E insistió en que la apertura del canje del año pasado le dio al ministro atribuciones para negociar sin pasar por el congreso.

Recordó que el ex ministro Hernán Lorenzino ignoró por completo los riesgos de la pelea con los buitres. “Sanz le había advertido en marzo de esta situación y el ministro nos dijo que no tenía plan B. Finalmente la Cámara falló en contra y la negociación fue un fracaso”.

Zannini insistió en que la declaración de interés público de la deuda era el paso necesario para poder pagar en el país. “No estoy autorizado como ministro a cambiar el lugar de pago. Si lo hiciera, usted me habría pedido que pase por el congreso”, le siguió atacó Kicillof.

“La palabra fracaso la escuché muchas veces, pero lo que no escucho es una mínima idea de que hacer. Usted no tiene dimensión de la complejidad del problema. Es mentira que esto se podía haber arreglado con otra estrategia judicial. Si íbamos con un ramo de flores la Cámara también fallaba en contra”, ironizó el ministro.

“¡No me parte como maestro ciruela! Lo que digo es que su gestión como ministro fue un fracaso. Porque subió un 40% el dólar y cayeron las exportaciones. Además podría haber tratado este tema con mayor diplomacia. A la primera delegación Argentina lo primero que le preguntaron es por qué habíamos acordado con Irán”, respondió Morales.

Fernando Pino Solanas exigió una asamblea de bonistas para saber quiénes son los beneficiados. “Al menos es una propuesta”, celebró el siempre verborrágico Pichetto.

La reunión terminó con varios expositores invitados por la oposición. El más altisonante fue el ex secretario de Finanzas Guillermo Nielsen, nada menos que quien reestructuró el canje de 2005 y muy crítico de la idea de cambiar jurisdicción.

"Cómo se les ocurre que este banco (por el de Nueva York), que cubre la totalidad del sistema financiero de los Estados Unidos, no lo haga y se lo demos a Nación Fideicomisos. Este aspecto del proyecto de ley es confirmarle a los sectores financieros e inversores que la Argentina es un país sin esperanzas. Un país que no tiene capacidad de ahorro, ni la va a tener", se lamentó.

"En los considerandos de esta ley que debe ser la expresión de los argentinos y del Congreso nacional hay ofensas hacia los Estados Unidos y a la Justicia de ese país. No ayudan, están hechos desde el rencor. El mercado de Norteamérica es el centro financiero internacional. Y Argentina aceptó la jurisdicción de Manhattan voluntariamente", recordó el ex funcionario.