Tras las gestiones desesperadas del Gobierno, la Unión Tranviarios Automotor (UTA), que conduce Roberto Fernández, finalmente decidió no adherir al paro nacional convocado por Hugo Moyano y Luis Barrionuevo, con lo que aseguraría el funcionamiento de colectivos y subtes.

Como adelantó LPO la semana pasada, en el gremio primaba la idea de no dejarse arrastrar por el camionero a una nueva huelga, más aún teniendo en cuenta la insatisfacción que le dejó el paro anterior. "Llegamos a la conclusión de que hubiera sido mejor parar por nuestra cuenta, porque en definitiva somos los que garantizamos la medida", dijo un integrante del sindicato.

Pero más allá de las dudas y de la actitud esquiva de Fernández en las últimas semanas, en las centrales obreras opositoras ayer estaban confiados en que los colectiveros se sumarían al paro. "Creemos que van a sumarse", declaró Omar Maturano, mientras que Luis Barrionuevo confió en que "va a estar todo bien".

Pero por la noche algunas voces del gremio empezaron a confirmar que no se sumarían a la medida. "La convocatoria fue muy desprolija. Primero confirmaron el paro desde Bulgaria y después fijaron la fecha sin nuestra presencia", dijo a Ámbito Financiero el secretario de Prensa, Mario Calegari.

En el medio, Fernández y sus más cercanos hombres se habrían reunido con Jorge Capitanich en la Casa Rosada, donde presionaban para que no se sumen a la medida. El jefe de Gabinete reconoció hoy que se "han tenido múltiples reuniones" con el gremio, pero relacionadas por ejemplo a la "renovación de unidades". 

El desplante de la UTA a Moyano seguramente será celebrado como un triunfo de la Casa Rosada sobre los sindicalistas opositores, a los que ayer acusó de estar "financiados" por los fondos buitres para desestabilizar al Gobierno. Es por eso que ahora el líder de los camioneros apuesta todo a que las bases de la UTA terminen adhiriéndose por la fuerza al paro.

"Estoy convencido que los trabajadores van a parar porque los que sufren las consecuencias del descuento perverso del impuesto al trabajo, los que sufren la inseguridad son los trabajadores y en particular los colectiveros", afirmó Moyano en Rock and Pop.

"Más allá de la decisión de los dirigentes, por la presión que ellos tienen, yo creo que los trabajadores van a adherir a la medida de fuerza", confió. "Van a parar por sí solos porque también se reclama por inseguridad y los que más inseguridad sufren son los colectiveros", agregó. 

Moyano también se refirió a las supuestas negociaciones de la UTA con el Gobierno para garantizar los subsidios con los que se pagan los aumentos salarios, además de la cesión de un predio en Once para el gremio. "Eso es cambiar la dignidad del trabajador por algo que les ofrezca el gobierno, esto sería lamentable", fustigó.

El líder camionero confía en que a pesar de la oposición de Fernández, no circularán la totalidad de los colectivos. Para ello espera que se sumen los delegados de varias líneas que no responden a la conducción, además de algunas seccionales del interior.

Ayer, un grupo de delegados de Capital Federal y Provincia nucleados en la Coordinadora Sindical Clasista y otras fuerzas se pronunciaron a favor del paro del jueves y de la movilización que impulsa la CTA disidente para el miércoles. Al mismo tiempo, el jefe de la seccional Rosario anunció que irá al plenario de la UTA con la postura de parar.

Pero Moyano también cuenta con el arma de los piquetes anunciados por la CTA y los partidos de izquierda, aunque en público no los avale. "He leído que algunos sectores van a hacer piquetes, nosotros no podemos evitar que eso ocurra. Los piquetes hacen que el Gobierno tenga argumentos falsos para decir que la gente no trabajó", se quejó.

La misma posición de Moyano fue sostenida por Pablo Micheli, de la CTA. "La impresión de que la UTA no va adherir. Están coqueteando demasiado y cuando ocurre eso terminan jugando para el lado de los funcionarios y no de los trabajadores. Si hicieran una asamblea con los trabajadores, resolverían parar. Pero aunque resuelvan no parar, el trasporte se va a parar. Le puede restar un 2% de acatamiento", aventuró.

Para darle la razón a Moyano y Micheli, el delegado de la línea 60 Héctor Cáceres contó que "por el momento no hay orden de plegarse", pero que en las bases el reclamo "está dividido" porque algunos quieren adherir y otros no. 

"La sensación de los compañeros es ambigua, hay algunos que apoyan el paro, porque en realidad saben que los motivos de la huelga son justos, aunque hay otros compañeros que dicen que no es el momento de parar", explicó Caceres, que agregó "si bien el reclamo por Ganancias es justo, no estaría afectando a la mayoría de los trabajadores" del sector. 

Cáceres indicó que en el caso de la línea 60, que cubre el trayecto Tigre-Constitución, Cáceres explicó que se para o no "por mandato de las bases". Los delegados de la 60 no responden a la conducción de Fernández y han tenido fuertes enfrentamientos.