Daniel Scioli pareció abrir una puerta que alimentó las
versiones de una posible ruptura con la Casa Rosada, que se menciona en algunos
círculos políticos como una hipótesis para fin de año o principios del 2015.
De hecho, el gobernador de Córdoba, José Manuel de la Sota, lo alentó públicamente a dar ese paso. Y en la flamante alianza que celebró con Sergio Massa y Adolfo Rodríguez Saá, anticipada en exclusiva por LPO, la posibilidad e un pase de Scioli fue analizada.
El encargado de marcar la cancha fue el presidente del Banco Provincia, Gustavo Marangoni, candidato además de Scioli a jefe de Gobierno porteño. Marangoni dijo que las Paso “me parecen extraordinarias pero no deberían ser sólo para la fórmula presidencial, sino para todos los niveles de gobierno, para todas las listas de diputados, de senadores”.
En su caso particular, Marangoni no parece dispuesto a que la Casa Rosada una vez más ordene todas las candidaturas de la Ciudad de Buenos Aires y le imponga a algún candidato afín al paladar presidencial, como podría ser el ex canciller Jorge Taiana.
“Los peronistas tenemos un déficit con la democracia, sobre todo con la interna. Somos un movimiento democrático en cuanto a la ampliación de derechos populares, pero todavía tenemos asignaturas pendientes en los mecanismos internos de participación y selección”, desarrolló Marangoni, apelando a su veta de cientista política.
Pero luego fue mucho más explícito, cuando en la entrevista le preguntaron si lo que se busca es impedir que pongan candidatos a dedo en las listas, contestó: “Exacto y agregó “Daniel ingresó en la vida política compitiendo en una interna con Toma. Yo creo en el valor de la competencia”.
El mensaje golpea de lleno en la estrategia de Cristina que es concentrarse en armar todas las listas que pueda para generar un núcleo duro de legisladores incondicionales que le den algún tipo de poder de negociación cuando tenga que dejar el poder.
De hecho, no parece casual el misil lanzado desde La Plata, LPO reveló que Cristina prefiere ser sucedida por Macri antes que un peronista, para quedar ella como jefa de la oposición liderando un grupo importante de legisladores.
Y en esa estrategia, son dos los distritos donde la Casa Rosada viene imponiendo sus candidatos sin mayores resistencias de dirigentes locales: La provincia de Buenos Aires y la Capital Federal.
De hecho, el año pasado Cristina directamente borró al sciolismo de las listas, pese a que gobiernan la provincia.
No está claro si este es un amague más de tantos que ha hecho el sciolismo y luego termina subordinándose a la Casa Rosada o esta vez es en serio. De hecho, en lo que es evidentemente una decisión orquestada por Scioli, también salió a reforzar el posicionamiento, el senador provincial Alberto De Fazio, a través de Twitter.
Y no se quedó ahí De Fazio, como era previsible, la Casa Rosada ya empezó a presionar para provocar la renuncia de Marangoni al Bapro y el senador sciolista no fue tibio al responder a esa avanzada.
En ese punto está la tensión entre Scioli y la Cristina, que al elegir la conducción de Axel Kicillof y mandar al país al default, puso a la provincia de Buenos Aires en un aún más grave aprieto financiero, ya que no podrá conseguir los u$s 500 millones que esperaba sumar este año para concretar algunas obras.
El diario El Día de La Plata que suele ser utilizado por
Scioli para anticipar sus decisiones o mandar mensajes políticos, publicó hoy
un análisis sugerente de estas expresiones: “La definición del sciolismo abre
interrogantes en torno de qué actitud podría adoptar el propio Scioli en caso
de que se vea impedido de confeccionar las listas que lo acompañarán, ya que
pretende en esos armados reflejar los apoyos y acuerdos políticos, al menos en
el ámbito bonaerense, con intendentes y diversos sectores partidarios”. El
mensaje quedó claro.
Por favor no corte ni pegue en la web nuestras notas, tiene la posibilidad de redistribuirlas usando nuestras herramientas.
- 125/08/1414:28El populismo berretta de los ultimos años, ha demostrado, empiricamente, en base a los hechos y resultados, ser una farsa absoluta. Un pretexto para disponer a discrecion y con total impunidad de interminables fondos que hicieron desaparecer. Los asesinos hicieron desaparecer gente, los ladrones plata.
Gustavo Marangoni no sólo advirtió que el sciolismo no está dispuesto a que una vez más Cristina les arme las listas, sino que avanzó en una impugnación más profunda del cristinismo.
Sostuvo que “el progresismo en la Argentina es muy berreta, porque tiene poco sustento conceptual e intelectual y dijo que está empapado de un populismo de baja calidad”.
Además señaló que “políticamente no tenemos que tener ningún empacho en definirnos como liberales” aunque aclaró que “en términos políticos”.
Esta última declaración fue acaso demasiado para la Casa Rosada, que mandó al ministro de Planificación Federal, Julio De Vido a cruzarlo: “Es imposible ser peronista y liberal”, dijo el funcionario y opinó que “liberalismo se asocia a entrega, desempleo y exclusión”.
“Los proyectos liberales no pueden conjugarse con los movimientos populares como el peronismo, porque son como el agua y el aceite”, aseguró De Vido, y agregó que “si algo nos enseñó la experiencia de esta última década es que se puede ser peronista y progresista”.
“La Presidenta no necesita que le anden pegando codazos ni que le expliquen cómo tratar de desnaturalizar al peronismo para intentar aliarlo con proyectos políticos que vuelvan a concentrar la economía, generar pobreza y entregar el país”, concluyó el ministro.