A pesar de haber ingresado a la reunión con los industriales proclamando su sintonía con la Casa Rosada respecto de la negociación con los fondos buitre, en la intimidad del encuentro hubo fuertes quejas por parte de Daniel Scioli respecto al trato que recibe de Cristina Kirchner.

El eje de la discusión en la sede de la Unión Industrial Argentina (UIA) fueron las quejas de los industriales por la tarifa del agua. Los industriales venían cuestionando con dureza la decisión de la Provincia de aplicar un canon al uso del agua como materia prima.

“Scioli consideró en algún momento que nuestro reclamo sobre el canon del agua era político, pero durante el transcurso de la reunión entendió que se trataba de una cuestión técnica”, explicó a LPO José Ignacio De Mendiguren, diputado del Frente Renovador y secretario de la entidad industrial.

De Mendiguren aseguró que fue una reunión “tensa”. Destacó que “Alejandro Arlía (ministro de Infraestructura) es muy bravo para defender su posición” y agregó que hasta el propio Gobernador se mostró nervioso. Minutos antes, al ingresar el mandatario bonaerense había elogiado al gobierno nacional por su negociación con los fondos buitre.

Según pudo saber LPO, Scioli les recriminó a los industriales quejarse por el canon al uso del agua en la Provincia aunque el gobernador de Córdoba, José Manuel De la Sota, hizo lo mismo y no recibe cuestionamiento alguno, incluso deslizó que extrañamente la Casa Rosada no lo critica por imponer esa tasa, como si sufre su gestión.

El bonaerense -en carrera para suceder a Cristina- les explicó a los industriales que se veía obligado a fijar un canon en el uso del agua debido a que el Gobierno nacional frenó desde hace varios meses el giro de fondos por fuera de la coparticipación. 

Un dato absolutamente cierto. La Provincia ya no recibe ningún tipo de asistencia de la Casa Rosada -como siempre tuvo durante el kirchnerismo- pese a tiene un déficit estructural de más de 20 mil millones producto de los puntos de coparticipación que en su momento entregó el radical Alejandro Armendariz, en un error histórico que los bonaerenses sufren hasta hoy.

Scioli sufre además el impacto pleno de la crisis con los buitres, que le terminó de volver imposible conseguir finaciamiento externo, que ya se le venía complicando.

En ese sentido, el gobernador debe caminar sin embargo sobre un andarivel muy delgado para que la Casa Rosada, ya que no lo ayuda al menos no le trabe lo poco que puede conseguir. Algo de eso se vio en los inusuales "agradecimientos " públicos del propio Arlía por Twitter a Jorge Capitanich y Axel Kicillof, por haberle autorizado algo que es de cajón: los créditos del BID para sanear el río Reconquista.

La pelea puntual por la tasa del agua, como sucede cuando no hay acuerdo, se resolvió girarla a una "comisión" que tratará de llegar a algún tipo de consenso sobre como aplicar el nuevo tributo.

De hecho, el reclamo de la UIA por el canon del agua generó fuertes diferencias entre la UIA y su filial bonaerense que conduce en los hechos Osvaldo Rial, hoy funcionario de Scioli en el Fogaba. 

Se trata de una reforma aprobada por los legisladores bonaerenses en 1999, que establece un tributo por el "abastecimiento de agua potable, uso agropecuario, industrial, recreativo, deportivo y de esparcimiento, energético, de aguas con propiedades terapéuticas, medicinales y termales o vapor de agua, minero, piscícola, flotación y navegación".

En  su rechazo a este nuevo tributo que escala aún más una de las presiones impositivas más altas del mundo, los empresarios señalaron que se suma a proliferación de tasas municipales, tales como las de seguridad e higiene, publicidad y propaganda y combustibles, entre otras, que están afectando a la industria en todo el país.