Tras la reunión que mantuvo ayer con la cúpula de la CGT oficialista, Jorge Capitanich calificó como "político" el reclamo de los gremios por el impuesto a las Ganancias y deslizó que no habrá modificaciones en el mínimo no imponible porque no hay cambios "significativos" en el número de trabajadores alcanzados.

"Los reclamos pueden intensificarse o no por razones de carácter político pero no por el número de afectados", advirtió el jefe de Gabinete, que ayer escuchó el reclamo de Antonio Caló y le pidió tiempo para darle una respuesta.

Pero sus declaraciones de esta mañana en conferencia de prensa adelantan que la postura del Gobierno está lejos de contemplar cambios en el impuesto, tal como reclaman gremios oficialistas y opositores. "El trabajador que no estuvo alcanzado por el Impuesto a las Ganancias entre agosto del año pasado y julio de este año, tampoco estará alcanzado por el impuesto. La situación en cuanto al número de trabajadores no ha variado", enfatizó.

Capitanich argumentó que independientemente de los aumentos salariales de este año, "si un trabajador estaba encuadrado en el decreto 1242, es decir ganaba menos de $15 mil, tampoco paga impuestos". "El trabajador y/o jubilado que no estaba alcanzado por el impuesto, sigue no alcanzado por el impuesto, independientemente de su salario", insistió.

"Hay excepciones, claro. Hemos visto que hay 70 mil trabajadores que deberían estar dentro del sistema y no lo están. Y otros 33 mil que están incluidos y no deberían estarlo porque tuvieron horas extras e ingresos adicionales que los hicieron superar los $15 mil y fueron objeto del impuesto", detalló Capitanich.

Bajo ese argumento, el funcionario recalcó que "no se advierte una cuestión significativa" en relación a la cantidad de afectados por el gravamen. Capitanich detalló que hay 9.953.937 trabajadores registrados de los cuales 1.039.874 paga Ganancias. Es decir, el 10,4%.

Amenaza de la CGT

Los gremios más cercanos a la Casa Rosada salieron ayer de la reunión con Capitanich con las manos vacías. Si Caló ya había advertido la semana pasada que "los muchachos" estaban "enojados", la bronca ahora es mucho mayor y ya amenazan con medidas de fuerza y hasta con disolver la CGT oficialista.

Esto último fue adelantado anoche por LPO, poco después de finalizada la reunión. “Si Caló se fue así es porque no va a pasar nada y habrá quilombo. Se va al carajo la CGT oficial. Nos están forreando”, dijo a este medio un muy caliente integrante de la UOM.

La amenaza de disolver la CGT oficialista -un invento del Gobierno para restarle poder a Hugo Moyano- se suma a las versiones sobre una posible amenaza de Caló para dejar la conducción.

Pero más allá de las versiones, dos de los peso pesados de la central advirtieron que están dispuestos a realizar medidas de fuerza si no tienen una respuesta inmediata de la Casa Rosada. "En mi gremio hay un estado deliberativo por ganancias. No descarto paro o movilización", dijo Rodolfo Daer, titular del gremio de la Alimentación.

 "No me parece correcta ni adecuada la respuesta del Gobierno por el tema Ganancias", expresó el sindicalista en diálogo con radio La Red.

El otro que lanzó la advertencia fue el titular de UPCN, Andrés Rodríguez, que ayer estuvo en la reunión con Capitanich. "Si no recibimos respuesta en forma positiva es posible que, no sé si un paro pero sí realizaremos medidas de acción directa", dijo el jefe de los estatales, un gremio muy cercano a la Rosada.

"Pero tiene que ser a la brevedad. No queremos enturbiar una situación internacional que está atravesando el Gobierno con los holdouts. Pero a partir de esa definición, tenemos que tener una respuesta firme", advirtió Rodríguez.