La presencia durante la semana pasada de Mark Lynas en la Argentina no pasó desapercibida. Fue presentado en el campo como un ecologista, ex activista de Greenpeace, que en los últimos años cambió su crítica mirada sobre el uso de agroquímicos.

La apuesta por parte de algunas entidades agropecuarias que lo contrataron fue fuerte. La idea, tal como lo adelantó LPO a principios de junio pasado, fue poner en primer plano el debate comunicacional sobre los agroquímicos.

Y lo cierto es que Lynas (de 41 años) cumplió con las expectativas: a través de un relato conciso, atractivo y autocrítico logró captar la atención en los diversos Congresos en los que participó y de los medios de comunicación que lo cubrieron.

“En mis épocas de ambientalista estaba en contra de los transgénicos; creía que constituían una amenaza al medio ambiente”, contó Lynas en una de sus exposiciones. “Pero empecé a cambiar de idea en 2009, aunque en 2013 decidí aceptarlo públicamente”, agregó.

“Varios años después de mis inicios en el activismo ambiental comencé a ver evidencias científicas que demostraban que los transgénicos no producen daño; yo no soy científico, necesité estar muy informado y en este sentido la ciencia es muy clara”, señaló el ecologista.

Pero eso no fue todo. Luego llegó el momento que más molestia causó entre los ambientalistas, cuando Lynas describió las supuestas estrategias que utilizan en sus campañas publicitarias los activistas y hasta se animó a hablar de la financiación de Greenpeace.

“Los ambientalistas dicen que los transgénicos son cancerígenos: las imágenes de los ratones con tumores que usan son falsas; lo hacen con photoshop. Los activistas explotan los temores de las personas analfabetas”, afirmó el británico.

“Siempre me he preguntado cómo se financian estos grupos; la verdad es que nunca pude saberlo porque cada vez que planteábamos implementar sistemas más transparentes nos rechazaban el pedido con argumentos muy raros”, indicó Lynas.

El tema causó tanto revuelo que llegó hasta los funcionarios del Gobierno nacional. Y Gabriel Delgado, secretario de Agricultura, fue uno de los que se manifestó al respecto en el Congreso anual que organizó Maizar la semana pasada en el Four Seasons.

“Hay una visión que se está gestando respecto a los agroquímicos y cuestiones de la producción agropecuaria que pueden convertirse en un problema para toda la sociedad argentina”, advirtió la mano derecha del ministro Carlos Casamiquela.

“Mi hijo tiene 8 años y me habla de cuestiones de ecología en una posición casi extrema. Tienen visiones muy curiosas y si no estamos a la altura de las circunstancias va a haber problemas que no se van a poder solucionar fácilmente”, alertó Delgado.

La respuesta de Greenpeace

Así las cosas, la respuesta por parte de Greenpeace no se hizo esperar. A través de un comunicado de prensa titulado, “¿Alguien sabe quién es realmente Mark Lynas?”, la organización ambientalista salió con los tapones de punta a responderle al campo.

“Desmentimos que Lynas haya trabajado en la campaña contra los transgénicos. No es la primera vez que el portavoz de la agroindustria promueve sus presentaciones a favor de estos cultivos en base a mentiras”, dijo Franco Segesso, de la Unidad de Campañas de Greenpeace.

“Considerando que la actividad agropecuaria posee gran incidencia económica, social y ambiental, es preocupante que instituciones públicas como la UBA no chequeen la trayectoria de quienes presentan como especialistas en los temas que abren a debate”, apuntó Segesso.

El activista de Greenpeace fue por más: “Llama la atención que la industria de la biotecnología necesite estos artilugios para enfrentar las críticas de los ecologistas y la población en general. Si fuera una industria tan segura no necesitarían mentiras para promocionarse”, disparó.

Denuncia por desmonte

En este contexto, lo concreto es que en la guerra abierta contra el sector agropecuario, Greenpeace está dispuesto a ir a todo o nada. Así fue como unos días atrás denunciaron a importantes empresarios por el supuesto desmonte de 14.000 hectáreas en Salta.

En este sentido, la organización denunció a Franco Macri, Aldo Navilli, Alejandro Braun Peña, Alejandro Roggio, João Pereira Coutinho, Bruno Mauricio Varela Marín, Martín Laplacette, Andrés Von Buch y Arnaldo Hasenclever.

“Estos empresarios sabían que la Ley de Bosques no permite desmontar en esa zona pero, aún así, solicitaron al gobernador de Salta, Juan Manuel Urtubey, un permiso para hacerlo, violando la Ley nacional”, disparó Greenpeace en una carta pública.

“Si no actuamos ahora, la familia Macri y otros empresarios amigos van a destruir 14.000 hectáreas de bosques nativos en Salta, el equivalente a más de la mitad de la superficie de la ciudad de Buenos Aires, para hacer negocios agropecuarios”, concluyó.