Cristina Kirchner admitió siempre que el fútbol no era lo de ella y lo confirmó al organizar un mega festejo por el aniversario de la independencia, justo el mismo día que la Argentina se enfrentará por primera vez después de 24 años en una semifinal del Mundial de Fútbol, esta vez contra Holanda.

La Casa Rosada, que no vive un buen momento por la crisis del juicio con los fondos buitres y el procesamiento de Amado Boudou, acaso imaginó que podía repetir aunque sea acotado el efecto resurgimiento que habían logrado con los festejos del Bicentenario, cuando también Cristina se mostró rodeada de presidentes de la región.

En esta ocasión invitó a cuatro presidentes a Tucumán para el miércoles, pero a las 17 no habrá argentino que no quiera ver la semifinal contra Holanda.

El partido estaba previsto si el plantel de José Sabella llegaba a esta instancia, pero la Presidenta no le tuvo fe al combinado nacional o minimizó el impacto de este momento histórico para el fútbol argentino, al armar su agenda.

Así invitó a Tucumán a sus pares José Mujica de Uruguay, Evo Morales de Bolivia, Rafael Correa de Ecuador y Nicolás Maduro de Venezuela.

Aunque no trascendieron horarios, el gobernador José Alperovich anticipó que el discurso de Cristina será en el teatro Mercedes Sosa y no en la Plaza Independencia, tal vez para tener que lidiar con el fastidio de la militancia si le complican la posibilidad de ver el partido. Es que no todos pueden ir a un hotel cercano para volver rápido.

Alperovich anticipó que habrá actividades “todo el día”, pero no precisó si pondrá una pantalla grande para que la gente mire el partido, un Fan Fest, tal como hace Mauricio Macri en la Plaza San Martín de la Capital. 

No es la primera vez que Cristina sorprende por ignorar un mundial. En 2010, durante una gira internacional, llamó a una rueda de prensa minutos antes de que se iniciara el partido entre Argentina y México.

El problema en este caso es que si apostaban a este evento para ganar la tapa de los medios con una Cristina fortalecida por la presencia de sus pares, difícil que pueda disputarle poco más que una foto epígrafe a Argentina-Holanda.