El vicegobernador Gabriel Mariotto protagonizó hoy uno de los más sonoros papelones que se recuerden en el Senado bonaerense, ocasionándole un innecesario daño político a Daniel Scioli.
Mariotto se embarcó en una sesión para aprobar el estratégico proyecto de Policía Municipal sin tener garantizado acaso lo único que tenía que garantizar como titular del cuerpo y número dos del Ejecutivo bonaerense: los votos para aprobar la norma.
"Esto con Balestrini no hubiera pasado", recordaba esta noche un viejo conocedor del Senado provincial. Luego que los senadores del Frente Renovador de Sergio Massa cumplieran con su palabra y votaran en general la norma, cuando hubo que tratar el articulado en particular los massistas anticiparon su rechazo a ocho artículos que ya habían cuestionado públicamente, porque entendían que licuaba el poder de policía de la flamante fuerza.
"Los quieren convertir en boy scouts", se quejó el intendente de San Isidro, Gustavo Posse, que junto a Darío Giustozzi, Joaquín de la Torre, Gabriel Katopodis, Felipe Solá y Graciela Camaño siguieron desde las gradas el debate. Es que la Policía Municipal es una de las banderas originarias del Frente Renovador, incluso antes que este existiera, cuando Massa creó el denominado "Grupo de los Ocho" que nucleaba a un primer grupo de intendentes.
La decisión del Frente Renovador de rechazar esos ocho artículos, provocó una crisis en el oficialismo que pidió un cuarto intermedio y en un papelón memorable, nunca más volvió al recinto. En un clima de extrema tensión, en ese momento desde el entorno de Mariotto intentaron descargar las culpas por el fracaso sobre la jefa de bloque, Cristina Fioramonti.
Fue también el fracaso de negociaciones reservadas como las que intentó el ministro de Seguridad, Alejandro Granados, que pidió al massismo no rechazar esos artículos en particular, prometiendo vetarlos luego de sancionada la norma.
El problema es que esas modificaciones agitaban la interna del oficialismo. Porque fueron precisamente los artículos cuestionados los que insertaron en Diputados La Cámpora y el sabbatellista Marcelo Saín, para licuar una Policía que la Casa Rosada y la propia Cristina Kirchner, siempre resistieron.
Por eso, los senadores del Frente para la Victoria quedaron paralizados luego que el massismo rechazara esos artículos. Sabían que con esa modificación, cuando la ley regresara a Diputados, tendrían el frente en su propia fuerza.
Ante el papelón, el oficialismo acusó hoy el golpe de hacer lo que todo manual legislativo dice que no hay que hacer: Bajar al recinto sin asegurarse antes de contar con los votos. Por eso, Fioramonti apeló a un “acting” en plena sesión y reclamó el cuarto intermedio. La mujer de Carlos Kunkel ya sabía que no tenía lo votos para aprobar el proyecto.
Desde temprano Mariotto y Fioramonti habían trabajado sobre los senadores Mario Ishii y Omar Foglia (GEN). El propio ministro de Seguridad, Alejandro Granados, fue hasta la Legislatura y mantuvo una reunión con el ex intendente de José C. Paz.
Pero los intentos no lograron torcer la voluntad de Ishii que aseguró durante la sesión que había en el articulado “errores vergonzosos y garrafales”. En tanto, también fue infranqueable la postura de Foglia, a pesar de las versiones que aseguraban que podría llegar a abstenerse.
Luego del papelón, en la desesperada, Mariotto dejó trascender que para la próxima semana iban a pedirle al secretario de Seguridad Sergio Berni que renuncie a su cargo y reasuma la banca, de manera de poner imponerse en la votación en particular al Frente Renovador.
La jugada serviría para quitarle un senador al Frente Renovador. Sucede que cuando Berni se fue al Ejecutivo nacional para ocupar la secretaría de Seguridad, quien asumió en su banca fue Fabio Sorchilli. Sin embargo, este último pegó el portazo al oficialismo para formar parte del armado de Sergio Massa.
Ahora, si Berni regresa a la Legislatura, Sorchilli deberá cederle la banca permitiendo al Frente para la Victoria sumar un voto.
El problema es que Berni se pronunció públicamente en el mismo sentido que el Frente Renovador, al rechazar por ejemplo que los policías municipales no puedan portar armas fuera de su horario de trabajo. “El policía es policía las 24 horas del día y el armamento es parte de su trabajo”, señaló.
Y el otro problema evidente, luego de las últimas declaraciones de Cristina Kirchner contra Scioli, es que difícilmente la Presidenta permita que su secretario de Seguridad renuncie al cargo para salvar una iniciativa del gobernador, de la que ella misma se mostró crítica.
Desde el entorno de Fioramonti, dejaron trascender por su lado que iban a trabajar para "dar vuelta" a uno de los cuatro senadores radicales que rechazaron la norma. Si esto ocurre sería todo un batacazo, ya que en sus discursos en la sesión de hoy, los radicales fueron especialmente duros contra la iniciativa.
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El intendente de San Martín, Gabriel Katopodis, aseguró a LPO que "los legisladores se escaparon del recinto. Salieron corriendo y entiendo que por orden del Gobernador".
El jefe comunal estuvo en la Legislatura bonaerense para presenciar la votación de una sesión que finalmente se cayó porque el oficialismo no contaba con los votos necesarios. "Cuando se sancione la ley, la puerta que van a ir a golpear los vecinos será la de los intendentes", dijo Katopodis y agregó que "Scioli está jugando con la gente. Hicieron una declaración de emergencia pero en el momento que tienen que debatir se escapan", agregó.