El sector automotor sufrió un nuevo golpe este miércoles con el anuncio de la paralización por un mes de la producción en la automotriz Honda, afectada por un desplome de las ventas. Al mismo tiempo, Volkswagen cerró por dos días su planta en Córdoba debido a la falta de un repuesto.

Ambas medidas afectan a unos 1700 trabajadores que fueron suspendidos. Pero sin dudas es mucho más complejo el caso de Honda, donde 800 empleados de las plantas de Campana y Florencio Varela fueron licenciados entre desde el 9 de junio hasta el 8 de julio.

Al igual que otras empresas que suspendieron empleados, la japonesa adujo un sobrestock de producción, debido a una caída del 34 por ciento en las ventas. De los 1200 trabajadores que tiene, Honda sólo mantendrá este mes a 200 en las plantas y otros 200 en las oficinas administrativas. Los suspendidos conservarán sus sueldos de bolsillos, aunque perderán los adicionales.

Esta mañana, el jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, fue consultado sobre esta situación y dijo no poder "corroborar un eventual cierre de planta, sinceramente creo que es una información errónea, en virtud que no existe ninguna confirmación". Pero la información fue confirmada más tarde por la firma.

El mercado automotriz se encuentra fuertemente afectado por el derrumbe de las ventas en el mercado interno, el aumento fenomenal de los precios por la devaluación y el impuesto a los autos cero kilómetro, la caída de las ventas a Brasil y también conflictos en fábricas de autopartes que terminan golpeando a toda la industria, como sucedió en el caso de Gestamp.

En ese contexto Volkswagen decidió cerrar por dos días su planta de cajas de transmisión MQ 200 en Córdoba y suspender a 900 trabajadores, que recibirán el 75 por ciento de sus salarios, según informó La Voz. El argumento de la empresa es que se demoró el arribo de un componente proveniente de Alemania y recién se resolvería el fin de semana.

Al mismo tiempo, PSA Peugeot Citroën mantiene paralizada su producción durante esta semana. La terminal ya tenía suspendidos a sus 1.000 trabajadores del turno tarde y ayer sumó a los 1.100 de la mañana, según adelantó Clarín. 

La empresa se había visto afectada por el conflicto en Gestamp, pero aprovechó para intentar disminuir el stock. Fiat, General Motors e Iveco, son otras de las empresas que sufren la crisis y frenaron en algún momento su producción en las últimas semanas.

Además de las suspensiones, las empresas están desplegando distintas tácticas para reducir el personal como los retiros voluntarios y los “despidos hormiga”, motivo este último que llevó a la UOM seccional Córdoba a realizar un paro la semana pasada.

La única buena noticia que recibió el mercado automotriz esta semana es que el Gobierno está a un paso de cerrar un nuevo acuerdo con Brasil para el sector, en busca de reactivar las ventas.