La sesión del predio de la Esma a la Nación fue sancionada en la Cámara de Diputados, en un duro debate que finalizó con duros cruces de los partidos de Unen con los diputados de La Cámpora.

La pelea la inició Victoria Donda, agitó el debate cuando dijo que el Instituto para la Memoria “va a perder su autonomía” y que el Ejecutivo tomó este camino porque “no puede comprar los votos de quienes están en el directorio”.

Le salió al cruce Horacio Pietragalla, el tucumano que milita en Hijos. “La única hija de desaparecidos está en la oposición y la puso Néstor Kichner acá adentro”, lanzó el diputado, en referencia a Donda.

Donda había subido a los placos a calmar al ex detenido de la ESMA Carlos “el Sueco” Lordkipanidse, uno de los más desaforados miembros de los organismos de derechos humanos que presenciaron la sesión y no dejaron de abuchear.

Por si faltaba algo, Alfonsín apareció con más furia que todos. “A ver si se acuerdan que en el 83 la lista del Partido Justicialista no quería enjuiciar a los militares. Y nosotros lo hicimos con los militares en los cuarteles”, gritó.

Justificó en “la relación de fuerzas” las leyes de obediencia debida y punto final y cuando un diputado abucheaba no dudó en cruzarlo: “¡Callate autoritario!”, le respondió.

El debate parecía serenarse, pero apareció Juan Cabandié y le dedicó su cierre a Alfonsín. “No sé si acuerdan de los intendentes radicales que apoyaron la dictadura”, lo increpó.

La ley fue aprobada por 142 a favor, gracias al respaldo del Frente para la Victoria, sus aliados y el PRO, y 81 en contra del radicalismo y sus socios del Frente Amplio UNEN, el Frente Renovador, Compromiso Federal y otros bloques menores.

El convenio establece el traspaso de jurisdicción del Casino de Oficiales, la Enfermería, el Pabellón Central, la Imprenta, el Taller Mecánico y el Pabellón Coy de la ESMA y los centros de detención Automotores Orletti, Olimpo, Club Atlético y Virrey Cevallos, que serán transformados en museos.