“Quéndense tranquilos que ninguna fecha coincide con los partidos del mundial”, dijo Patricia Bullrich durante la última sesión de la Comisión de Legislación Penal.

Burllich llegó con un cronograma de audiencias públicas para debatir el nuevo Código Procesal y sus asesores se habían cuidado de planear un día que jugara o pudiera jugar la selección Argentina.

Es el clima que empezó a vivirse en el Congreso, donde ningún jefe de bloque está dispuesto a ser acusado de tomarse vacaciones para ver fútbol.

En Diputados, ya hay planeadas varias sesiones durante el mes de la competencia, aunque todas con las precauciones del caso. Jorge Capitanich visitará la Cámara de Diputados el miércoles 4 de junio.

Una semana más tarde podría haber sesión en ambas Cámaras. Claro, es un día antes del inicio de la Copa del mundo y dejaría libre el miércoles siguiente, plena primera fase.

En Diputados planean al menos una sesión a fin de mes y otra en la primera quincena de julio.

Ocurre además que después del mundial comienza el receso invernal, por lo que esperar su finalización para desempolvar expedientes es impensado.

La agenda que hay es extensa: las audiencias por el Código Procesal Penal, la sanción del Código Civil y el digesto jurídico.

El Senado tiene la misma agenda y la misma pretensión de no cerrar las puertas durante el mundial.

En 2010 Liliana Negre de Alonso, senadora del peronismo federal, también armó audiencias públicas en todo el país para debatir el matrimonio gay.

El proyecto se trató en comisión el mismo día que jugaron la semifinal Holanda y Uruguay y la senadora se jactó de poder haber recorrido el país durante el mundial.

Aquel año los diputados opositores del Grupo A, dueño de la agenda en esos días, aprobaron una reforma al consejo de la Magistratura y para eso obligaron a varios de los suyos a retornar de Sudáfrica.

Con el mundial en Brasil, este año ese trámite puede ser más fácil. A nadie le pasan inadvertido los inconvenientes, como tampoco el miedo a que alguna cámara de televisión muestre los pasillos vacíos.